jueves, 3 de marzo de 2016

LAS NINFAS Y EL FERROCARRIL

Ninfas en panel de azulejos (Jerez de la Frontera)

GLOSARIO - Ninfas

En la mitología latina, las ninfas eran espíritus de la naturaleza, habitantes benéficos de bosques y montes, protectoras de la fauna y, sobre todo, de la vegetación silvestre. Se consideraban servidoras y compañeras de la diosa Diana, y, según la tradición, no era extraño que interactuaran con los mortales, a los que podían ayudar o perjudicar, dependiendo del comportamiento de éstos. Así, por ejemplo, en la historia más antigua de Roma, cuando los hechos reales se mezclan con los legendarios, se dice que el rey Numa Pompilio recibió los sabios consejos de la ninfa Egeria.

Para ilustrar esta entrada, os traigo una foto que tomé no hace mucho en la Estación del Ferrocarril de la bonita ciudad de Jerez de la Frontera (Cádiz, España). Dicha estación está profusa y bellamente decorada con magníficos paneles de azulejos de la firma Mensaque, y, en uno de los que se sitúan en la fachada del edificio que da a los andenes, podemos ver cómo las ninfas forman parte del hermoso motivo vegetal. Si recodáis el anuncio de la marca de relojes que vimos en una entrada anterior (y que da pie a esta entrada en el Glosario), ambos artistas coinciden en hacer que los cuerpos de las ninfas se confundan con la vegetación, aludiendo a su carácter de espíritus de la naturaleza. En este caso, las piernas de ambas ninfas se convierten, de rodillas abajo, en lo que parecen ser hojas de acanto.
Por otra parte, el artista que diseñó el panel de azulejos confundió a las ninfas con las musas, ya que puso en manos de cada una el elemento alegórico correspondiente a dos de ellas, el volumen y la lira. Fuimos dejando de creer en los seres mitológicos y, con el paso de los siglos, acabamos confundiendo a unos con otros,... Espero que ninguno de mis personajes se entere,...
- ¡Que te crees tú eso, bonita! -
- ¡Prisca! ¡Estabas aquí! -
- Mismamente,... pero ya me vuelvo a casa y con un chisme buenísimo: ¡nuestros descendientes confunden a las ninfas con las musas! -
- Espera, espera,... no vayas a ir por ahí contándoselo a todos los demás -
- ¿Que no?,... y no sólo se va a enterar todo quisque, sino que también me voy a llegar al bosquete de Diana y se lo voy a contar a las divinas ninfas,... ¡y se os va a caer el pelo! -
- ¿Y también se lo dirás a las musas? -
- Si me encuentro a alguna por el camino, ten por seguro que sí - se echa por encima de la cabeza el borde de su estola de los días de fiesta, que es la que siempre se pone cuando nos visita, y se vuelve al pasado, enfurruñada.
No creáis que va a darle un disgusto tan grande a las ninfas: con los arboricidios que se cometen a diario en las cuatro esquinas del planeta, desde hace ya tanto tiempo, las pobres estarán más que curadas de espanto.

 

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