viernes, 4 de marzo de 2016

EL ESPÍRITU DE LAS CAJAS BIZARRAS

Fotografía de Estrella Henares
- Bien, aquí tienes la copia del informe - el tribuno me tiende ceremoniosamente una tablilla encerada - Y ahora, como convinimos, déjame el atlas -
Le tiendo el atlas de la National Geographic, y, aunque intenta disimularlo, le brillan los ojos, y un ligero temblorcillo de los dedos delata su impaciencia por correr a hojear semejante maravilla.
Y aquí, queridos lectores, tenéis la traducción de la copia del informe que el ingeniero hizo sobre mi ordenador:
Copia del informe emitido por el ingeniero Volusidio, para el tribuno al cargo. Llamado a desplazarme al futuro, por orden de mis principales, se me encargó inspeccionar una caja bizarra, artefacto propiedad de una de nuestras descendientes, porque, al parecer, había dejado de funcionar. Nadie me supo explicar cuál era en realidad el funcionamiento de tal caja, por lo que no se qué le había pasado. Según la propietaria, no se ponía en marcha con normalidad. Cosa extraña, ya que ninguna caja se pone en marcha sola. Debe, por tanto, tratarse de algún automatismo peculiar. Procedí a abrirla con gran cuidado, pues, al tacto, parece cosa frágil, hecha de un material no conocido en nuestros tiempos, muy ligero. Dentro, la caja tiene un buen número de finas y raras chapitas, metálicas unas, de material desconocido otras, conectadas entre sí por hilillos de cobre, bien formando haces, bien envueltos en otro tipo de material, ligero y flexible, también desconocido en nuestra época, de colores diversos. El funcionamiento del artefacto, sea el que sea, parece fruto de ingeniería, pero no de mecánica. Dado que, cuando funciona, emite luz, coligo que debe ser resultado del aliento del mismo espíritu que permite a la gente del futuro iluminarlo todo, y que llaman "electricidad". Éste no se hace nunca visible, salvo por los resultados de sus acción, y se desplaza y distribuye a través de cables, que, entre nuestros descendientes, son hilos o tubos de ese material flexible y ligero desconocido para nosotros, rellenos por un alma de cobre. Como no se qué relación tienen unas piezas con otras, ni para qué sirve cada una, he optado por no proseguir con el desmontaje y recomendar que se encargue de ello alguien versado en la materia. Pido venia para regresar cuando tan bizarra caja esté reparada, para entonces poder informar sobre qué es, para qué sirve y cómo funciona.
Nota al pie del tribuno al cargo: Sí, claro, otra excursión a ver máquinas del futuro es lo que quiere éste. Ni pensar en volver a darle permiso; no, al menos, hasta que los trabajos que tiene en marcha estén concluidos.
 Os dejo, queridos lectoras y lectores, que tengo que cumplir mi promesa de explicar al tribuno que es la National Geographic Society, y me va a llevar largo tiempo, pues tendré que empezar por contarle la historia de los británicos, desde que ellos los conocieron, con las caras pintadas de azul, hasta la independencia de sus colonias americanas y el nacimiento de los EE.UU. Por suerte, con la ayuda del atlas, ya sabe lo que es América.
- ¡Que algo tan inmenso estuviera ahí y no lo supiera nadie! -
- Es que el Océano es mucha agua -
- Bizarros nuestros descendientes, que se echaron a la mar, sin importarles ni tanta agua, ni tantos monstruos -
- El oro es el oro, hermano,... Y si nosotros hubiéramos sabido que había tanto oro y tanta plata como dice ésta que se encontraron allí, seguro que también nos habría importado menos que un pelo si había o no monstruos debajo del agua -

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