viernes, 30 de diciembre de 2016

PRESENTACIÓN DE LA NOVELA


Queridos lectoras y lectores:
El año entrante, 2017 de nuestra Era, va a ser el año de la presentación al público de "Caballos de Octubre". Aunque mejor debería decir presentaciones, ya que mis personajes y yo estamos dispuestos a, como dice nuestro editor, Alberto Pertejo-Barrena, "pasearnos" por todas las "antiguas geografías" de la Península Ibérica de sus tiempos.

Para comenzar el año y abrir boca, empezaremos por el sur, y muy al estilo sureño, con una reunión informal de amigos en un bar. Éste es un bar-restaurante encantador, llamado La Cuchara, que está en el bonito pueblo ribereño de Coria del Río, (Sevilla). El próximo día 4 de enero, seréis bienvenidos en sus acogedoras salas, si podéis y os apetece pasaros por allí.

Las siguientes semanas, ya en un tono más formal, estaremos en Córdoba, en el Palacio del Bailío, y  en Sevilla, en el Museo Histórico Militar. En los próximos días, os iremos facilitando fechas y horas, y más información sobre la organización de los actos. 

- A nosotros, eso de presentarnos en un bar, nos parece muy bien -
- Sí,... ya,... tú, habiendo facilidades para pimplar, vas al mismísimo Hades -
- Me vas a crear mala fama entre los modernos -
- Fama que estás alimentando tú solito -
- ¿Moralistas nos vamos a volver ahora, a estas alturas? -
- ¡Bien! ¡Bien! Callad todos ahora mismo, que nos han dicho que seamos breves. Conclusión: que estamos encantados de presentarnos a vosotros, hijos nuestros -
- ¿Hijos?,... más bien tatatatatatarabizniestos, o algo parecido -
- Déjate de trabalenguas, Cayo, que en el latín moderno te lías -
- ¡Ay, Minerva sacrosanta! Paciencia te pido para soportar a mi tropa -
- Y tú, no te quejes tanto, tribuno, que tienes a la pobre Minerva cansada de escuchar tanta rogativa,... y que sepas que no va a hacerte caso. Que somos la tropa que te mereces,... o, por lo menos, eso es lo que piensa César -
- Tú no sabes lo que piensa César -
- Vamos, que tú sí -
- Querida: ¿hay por ahí algún remedio moderno para el dolor de cabeza? -

jueves, 29 de diciembre de 2016

LIBRERÍAS Y LIBREROS

Queridos lectoras y lectores:

Sois ya muchos los que, a través de diferentes medios, incluida la conversación personal, me habéis preguntado por librerías donde se pueda comprar directamente la novela, porque os gusta seguir el ritual "analógico", más que el "téngalo ya, con sólo un par de clicks" de los portales electrónicos.

Os comprendo perfectamente. Yo también prefiero el ritual de visitar la tienda; saludar a los libreros: pasear por los pasillos, contemplando estanterías, anaqueles y expositores; coger los libros con mis manos y leer las contraportadas, o echar un vistazo a las solapas, antes de elegir el que me llevaré conmigo a casa.

Para orientaros, os he conseguido un listado de las librerías donde, hoy por hoy, puede adquirirse "Caballos de Octubre". Los residentes en ciudades que no aparezcan en la lista siempre podéis pedir a vuestra librería favorita que os lo encargue, o, por supuesto, recurrir a encargarlo vosotros mismos, "en un par de clicks", en los portales de venta on-line y librerías con página web.

LISTADO DE LIBRERÍAS 


 (Organizado por ciudades, por orden alfabético)
Nota: alguna de estas librerías también ofrecen la posibilidad de comprar on-line, en sus portales respectivos.



ALBACETE
Librería Herso. Calle Dionisio Guardiola, 18
Librería Popular. Calle Octavio Cuartero, 17
ALHAURÍN DE LA TORRE (Málaga)
Librería Alborada. Avda. del Mediterráneo, 8
ALMERÍA
Librerías Picasso. Avda. de la Estación, 13, y  Calle Reyes Católicos, 17
Librería Nobel. Plaza de Sta. Rita, 2
AVILÉS
Librería Casona. Calle Rivero, 64
BARBASTRO
Librería Castillón. Calle Romero, 3
CÁDIZ
Librería Jaime. Calle Corneta Soto Guerrero, 8
CÓRDOBA
Librería Luque. Calle Jesús y María, 6
ELCHE
Librería Ali I Truc. Passeig de les Eres de Sta. Lucía, 5-7
GIJÓN
Librería Central. Calle S. Bernardo, 31
GRANADA
Librería Juan de Mairena y de Libros. Calle Periodista Francisco de Paula Rerrón, 7
Librerías Babel. Calle San Juan de Dios, 20, y Calle Gran Capitán, 4
Urbana Vergeles, S.L. Calle Primavera, 23
Librería Picasso. Calle Obispo Hurtado, 5
GRANJA DE S. ILDEFONSO, LA
Librería Ícaro. Calle Reina, 10
GUADALAJARA
Librería LUA. Calle Virgen de la Soledad, 14
HUESCA
Librería Santos Ochoa. Calle Zaragoza, 12
Librería Estilo. Calle Parque, 38
JAÉN
Librería Don Libro. Calle S. Joaquín, 1
LOGROÑO
Librería Santos Ochoa. Calle Gran Vía, 55
MADRID
Librería LÉ. Paseo de la Castellana, 154
MÁLAGA
Librería Q PRO QUO. Calle Juan Villarazo, 28
ORENSE
Librería Eixo. Calle Cardenal Quevedo, 36
PALMAS DE GRAN CANARIA, LAS
Librería Sinopsis. Calle Perdomo, 6
Librería Canaima. Calle Senador Castillo Olivares, 7
Librería El Libro Técnico. Calle Tomás Morales, 46
PUERTO REAL
Librería El Aprendiz. Calle Nueva, 20
PUERTO DE SANTA MARÍA, EL
Librería Ágora. Calle Rodrigo de Bastidas, local 15
SABADELL
Librería La Llar del Llibre. Calle Sant Antoni, 20
SALAMANCA
Librerías Santos Ochoa. Calle Gran Vía, 12, y Plaza de España, 3
SEVILLA
Librería Reguera. Calle Almirante Apodaca, 23
Librería Tarsis (Grupo Troa). Avda. Luis de Morales, 1
Librería Panella. Calle Virgen de África, 8
SORIA
Librería Santos Ochoa. Plaza El Rosel y S. Blas, 3
TALAVERA DE LA REINA (TOLEDO)
Librería Páginas. Avda. de Pío XII
VALLADOLID
Librería Oletum. Calle Teresa Gil, 12

               

miércoles, 28 de diciembre de 2016

UN TOQUE DE HUMOR


Casco griego antiguo (Jerez, Cádiz, España)
Hoy, 28 de Diciembre, Día de los Inocentes, es tradición bromear, de forma que incluso nos volvemos tolerantes con los que nos toman el pelo.
Hablando de pelo, un toque de humor para estar en consonancia con este día y con el ambiente medio festivo de las pocas jornadas que nos quedan para acabar el año. Es parte de un diálogo cómico, ambientado en un año como éste, hace un siglo, en el que se habla de guerra, de pelo y de cascos:

" A war hasn`t been fought this badly since Olaf the Hairy, High Chief of all the Vikings, accidentaly ordered 80.000 battle helmets with the horns on the inside"

- De acuerdo, bonita, tú le habrás encontrado la gracia, pero recuerda que nosotros no entendemos a los bárbaros - protesta el oficial de mayor graduación.
- ¿Por qué no podrá todo quisque hablar latín, con lo fácil que es? - suspira con fastidio el más corpulento.
- O griego, en su defecto - añade el tribuno.
- No, griego tampoco, que sólo lo entendéis bien tres o cuatro excéntricos -
- ¿Qué lengua es ésa? ¿Quiénes la hablan? - pregunta el narrador.
- Es una lengua moderna, queridos. Es el actual idioma de los británicos -
- ¡Los británicos! ¡Quia! Nosotros nos las vimos con algunos británicos, y no hablaban así - dice el oficial de mayor graduación.
- Cierto, pero porque los británicos que vosotros conocisteis,... -
- Y a los que zurramos de lo lindo, no se te olvide ponerlo - me dice el oficial corpulento señalando con el dedo la pantalla del ordenador.
- Como decía, aquellos británicos de entonces hablaban una lengua céltica -
- Bien cierto es eso que ahora dices, querida. Y algunas de aquellas tribus estaban incluso emparentadas con otras que habitaban en las costas occidentales de la Galia Bélgica, según mi entender - comenta el tribuno.
- ¿Entonces por qué hablan ahora de otra forma? Según nos ha contado el tribuno, acabaron también siendo romanos y hablando en latín - dice el narrador.
- Sí, pero avatares históricos posteriores hicieron que se afincaran en Britania gentes que hablaban lenguas germánicas, en diferentes momentos... Después, la suma de todo y la evolución natural de las lenguas dieron lugar al inglés, que es como nosotros conocemos a la lengua británica moderna -
- Pues, ea, traduce, para que nos podamos reír - me anima el oficial más corpulento.
- De acuerdo. Traducción: "Ninguna guerra se ha peleado tan mal desde que Olaf el Melenudo, Jefe Supremo de todos los Vikingos, encargó por error 80.000 cascos de batalla con los cuernos en el interior" -
Carcajada general.
Les hace tanta gracia que no les explico que los cascos de los nórdicos no llevaron jamás cornamenta de adorno, sino que fue un "invento" de los ilustradores decimonónicos. Necesitan reír, así que les dejo.

Esta perla humorística tiene su contexto: la pronuncia el personaje televisivo del Capitán Blackadder, del Ejército Británico, en plena Gran Guerra (1ª Guerra Mundial), en uno de los capítulos de una hilarante serie de la BBC (Blackadder goes forth, 1989).
El actor británico R. Atkinson

Sí, queridos lectoras y lectores, le habéis reconocido; y, sí, hubo algo más que "Mr. Bean". Aquí, para terminar de ilustrar la entrada, tenéis a Rowan Atkinson caracterizado como el Capitán Blackadder. La serie, que tuvo varias temporadas, estaba protagonizada por miembros de la saga familiar de los Blackadder, inefables personajes interpretados por Atkinson, que representaban a hidalgos británicos de las diversas épocas de un peculiar árbol genealógico, desde la Edad Media al siglo XX.

Mis personajes aplauden sus interpretaciones y, aunque he tenido que explicarles muchas cosas sobre las edades media y moderna, dicen que ya les hubiera gustado a muchos cómicos de su época tener el arte para hacer reír de Atkinson. También dicen que les recuerda a alguien que conocieron,... Sea como sea, están dispuestos a adoptarlo.

martes, 27 de diciembre de 2016

UN LIBRO, EL REGALO PERFECTO


A pesar del tiempo transcurrido, seguimos cumpliendo con una tradición que ya era antigua para nuestros antepasados romanos, la de intercambiar regalos por estas fechas. 

Un libro es el regalo perfecto, porque no sólo es un hermoso objeto, sino que también ofrece a la otra persona un contenido maravilloso: historias que excitan la imaginación, sacian la curiosidad, le hablan a la memoria, tocan el corazón, o permiten viajar a otros lugares y otros tiempos.

sábado, 24 de diciembre de 2016

OTRA DE SATURNALES


Mosaico con peces (Pompeya, Italia)
NOCHEBUENA CON LOS ANTEPASADOS

- ¡Los garbanzos están duros! ¡Rayo de Júpiter! –
- Ya te lo dije, contubernal, que no te fiaras de que un trozo de vidrio con redondeles pintados de blanco fuera a funcionar tan bien como un buen fuego de leña. Pero tú, ¡hala!, ¡modernidad!, ¡modernidad! –
- ¡Qué salao estás tú hoy! –
- Como van a quedar los garbanzos, con tanto hueso de jamón y tanta costilla salada como les has echado –
- Lo que tenías que haber hecho era ponerlos más temprano, que tanto pimplar del vino dulce ése, tanto, que se te pasó la hora –
- Menos criticar y más echar una mano, ¿eh?, que los salmonetes no se limpian solos –
- Pues a mí lo que me tiene pasmado es que estos pescaditos estén como recién sacados de la red, y, según dice nuestra amiga, llevan más de una semana dentro de la caja fría –
- Menos pasmo y más atención, que casi te rebanas un dedo con el cuchillo –
- ¿Alguien quiede otra cobita? ¡Hips! –
- ¡¿Quiere alguien quitarle a Cayo la botella del vino?! –
- ¡Trae pa’ca, contubernal! ¡Que no va a quedar para los postres! –

Sí, queridos amigas y amigos, habéis supuesto bien: mis personajes han aceptado mi invitación a cenar esta Navidad en mi casa. Pero insistieron en cocinar ellos, así que, en cuanto llegaron, tomaron la cocina por asalto, me sentaron en el salón, cogieron las botellas de vino, se remangaron y se pusieron a preparar unos garbanzos, para el almuerzo, y el pescado, para la cena, mientras cascaban nueces y comían los higos secos que habían traído.

Los garbanzos los tomamos bien tarde, entre risas. Estaban algo duros, pero muy sabrosos, y el vino ayudaba a olvidarse de las pegas.
- ¿De dónde dijiste que era este vino, querida? –
De Jerez – se lo señalo en el mapa que preparé para ellos, con un cruce de datos entre las ciudades de su época y las de la nuestra, para que se orienten.
- ¡Vino ceretano! ¡Je, je! ¡Qué bien lo hicimos! –
- No te cuelgues condecoraciones ajenas, Marco, que yo en la vida te vi siquiera acercarte a una parra –
 - ¡Minucias! –

Uvas (foto: Yolanda Henares/2016)

Más tarde, consigo sentarlos a todos a la mesa.
- Vamos a felicitar a todos nuestros lectores, ¿os parece? –
- ¡¡Nos parece!! – dicen a coro, entre risas y guiños. 
Sé que pretenden burlarse de mí, pero hago como si no me afectara lo más mínimo.
- Queridos lectoras y lectores: ¡¡Feliz Navidad!!... Vamos, todos a la vez  
- ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!! -
- ¡¡¡IO, SATURNALIA!!! –
- ¡¡¡Cayooo!!! –
- ¿Gue basa? –
- Que lo moderno es decir “feliz-navidad”... ¿No habíamos quedado en seguirle la corriente a nuestra amiga? –
- ¡Gips! –
- Tiberio, esconde el vino –
- Esbera, Biberio, una cobita mash, para abrir boca, gue ya sabesh gue no me gusta el bescado -
- Al pescado todavía le queda un rato –
- Mientras, podríamos contarles algunas cosas a nuestros lectores –
- ¿Cómo qué? –
- Estas fechas eran tan familiares y entrañables para vosotros como lo son aún hoy en día. ¿No echabais de menos a vuestras familias, aquí, en lo que para vosotros era ultramar? –
- ¡¡¡ Noooo!!! – dicen, de nuevo a coro, entre risas.
- ¡Vaya! –
- Estamos de broma –
- Lo estarás tú. No hables por los demás. Yo a mi mujer le dije: “querida, considérate viuda, porque de ésta seguro que no vuelvo”. Eso le dije. La última vez que estuve en Roma,… hace ya años –
- Y ella, ¿qué te dijo? –
- Se echó a llorar. Las mujeres siempre tenéis la lágrima detrás de la oreja –
- ¿Y tú? –
- Yo no. Las sentimentales sois vosotras. Le di una palmadita en el brazo y le dije: “ea, ea”; y me fui tan ancho, porque no le dije que, aunque saliera con bien de la contienda, yo no pensaba volver de ninguna manera –
- Eres un descastado. Yo les escribo, a mi mujer y a mis hijos, cada vez que hay facilidades de correo –
- ¿Y te contestan? –
- Por supuesto, aunque a veces mis misivas les hayan llegado con un año o más de retraso,… -
- Cuando quieras volver por Roma, tu mujer ya se habrá casado con otro –
- Me dijo que me esperaría –
- Sí, la primera guerra… Llevamos ya tantas, que eso cansa a cualquiera –
- Yo, en cambio, no sufro de esos males. Nunca me he casado –
- Yo, tampoco –
- ¡Venga ya!,… pero si ya tienes candidatos a familia a la espera –
- Hasta que no me case con ella y adopte a sus hijos, no hay nada que hablar –
- El que sí que tiene males a espuertas es el tribuno –
- ¡Hombre! Es, ¡hips!, el médico jefe –
- No es por eso, tarugo beodo; me refiero a males familiares –
- ¿Ah, sí? –
- Tú sabes algo, contubernal. ¿De qué te has enterado? –
- ¡Desembucha, pájaro! –
- ¡Chissst! ¡Que viene el tribuno! ¡Disimulad! –
- ¡Las enaguas de Juno, bero qué bueno está este vino! –
- Disculpa el retraso, querida, pero me han entretenido los magistrados algo más de la cuenta. Acepta este presente,… ¡¡¡Nicodemooosss!!! ¿Dónde te metes? –
- ¡Ay, señor! Que no había venido nunca antes al tiempo de los modernos y me he hecho un lío –
- El presente,… para mí, no;… para ella –
- ¡Ah! ¡Eh! Sí,… Acepta, señora, este detalle de parte del honorable tribuno senatorial – dice el hombre, haciendo una inclinación muy pomposa y tendiéndome un cesto, en el que, entre ramas de laurel y romero, han colocado con mucho cuidado varias velas de cera, algunos pasteles, una orcita de miel y una buena cantidad de embutidos.
- ¡Muchas gracias! Servíos una copita de vino,… ¿Dónde está el vino? –
- Hemos tenido que quitarlo de la vista y del alcance de la mano de Cayo – me dice el narrador, señalando con un gesto de cabeza al oficial al que se le ha puesto la nariz cómicamente roja, pero éste hace un guiño y saca la botella con gesto triunfal de debajo de la ropa de camilla de la mesa.
- ¿Gué? ¿Greíais gue me la ibais a pegar?...No estoy beodo; sólo un poquito achispado… ¿Una gopita, mi tribuno? –
- ¡Buen detalle, tribuno! –
- Sí, contubernales. Nosotros no hemos estado tan finos. Deberíamos haberle traído a nuestra amiga algo más que nueces e higos pasos –
- Pero hemos cocinado –
- De acuerdo. Pero no queda tan fino como el regalo del tribuno, reconócelo –
- Es que el tribuno tiene mucho mundo y ha comido y compartido lecho con lo mejorcito de Roma –
El tribuno se atraganta con el vino. Su sirviente, Nicodemos, le da golpecitos en la espalda, con cara de circunstancias. Y demás oficiales no saben si dejar escapar la carcajada o mirar al techo para disimular.
- Anda que tú también, Marco - le regaña el oficial de mayor graduación al que hizo el comentario.
- ¿Qué pasa? –
- Que parece que te has caído de un guindo – le regaña también el narrador – Nuestros descendientes comen siempre sentados, así que compartir el lecho con alguien significa una cosa bien distinta para ellos –
- ¡Acabáramos! – Marco cae en la cuenta y se queda en suspenso, sin saber qué decir.
Un momento después, todos cruzan miradas de complicidad y rompen a reír a carcajadas.
- ¡Menuda fama vamos a crearte entre nuestros descendientes! ¿Eh, tribuno? –
- Justo la que me hacía falta – gruñe el tribuno, incómodo.
- ¡La cena! ¡Que venga alguien a ayudarme a llevar todo esto a la mesa! – dice a voces el oficial grandullón desde la cocina.
Los demás sacan monedas y se ponen a echarlo a suertes.

Bien, queridos amigas y amigos, vamos a cenar. Os aseguro que es la cena de Nochebuena más peculiar de toda mi vida. Espero que vosotros disfrutéis también de la vuestra, os acompañe quien os acompañe.
¡FELIZ NOCHEBUENA!

- ¿Por qué dice ahora “nochebuena”? ¿No quedamos en que en los tiempos modernos se dice “navidad”? –
- Luego te lo explico, contubernal. Coloca estos platos en la mesa –
- ¡Más vino! –
- ¿Todavía no has tenido suficiente? –
- Nooo. Si es muy ligerito,… y ni siquiega le he puesto agua –
- ¿Y tú dices que no, Aulo? Pues yo te digo que así es como empiezan los beodos perdidos: dejan de aguar el vino –
- ¡Menos cháchara y moved la retaguardia de los asientos! ¡Que necesito manos en la cocina! –
- ¡Cabeza! Te ha tocado, Cayo – Aulo ha lanzado una moneda y ésta ha caído de cara.
- ¡Foy! ¡Hips! – dice el aludido, tratando de incorporarse torpemente.
- Éste no llega a la cocina –
- ¿Qué apostamos? -
- Mientras ellos se arreglan para servir la cena, querida, ¿dónde dejaste ese tratado sobre hormigas tan interesante que me prestaste el otro día? -