sábado, 2 de abril de 2016

FORTUNA MASCULINA, LAS MUJERES Y EL BAÑO

Anuncio de jabón Myrurgia (Jener, 1923)
El mes de Abril (Aprilis) comenzaba con una festiva costumbre de las mujeres de la plebe, que consistía en ir a los baños (balnea) públicos y utilizar los espacios o los horarios masculinos, para pedir a Fortuna Virilis que les concediera buena suerte con los hombres el resto del año.

Este comportamiento transgresor era el voto que hacían para atraerse el favor de la más voluble de las diosas, en su advocación específica para los hombres. En una sociedad con tantas divinidades, y donde todas tenían tantas ocupaciones, también existía una Fortuna Muliebris (Fortuna Femenina).
Por otro lado, esa misma sociedad mantenía a ambos sexos lo más lejos posible el uno del otro, en buena parte de las actividades sociales, de forma que los baños públicos se organizaban para que hombres y mujeres no coincidieran ni en el tiempo, ni en el espacio. Si las instalaciones balnearias eran lo suficientemente grandes, había zonas, estrictamente separadas, para usuarios masculinos o femeninos. Si no, lo que se respetaba, más estrictamente todavía, era un horario diferente para cada sexo. Excepto, como acabamos de referir, el primer día de Abril, y sólo permitido, por tradición, a las mujeres de la plebe, que normalmente no tenían una buena fama familiar que mantener y, por tanto, ninguna apariencia que guardar.

- ¡Qué bien lo hemos pasado! - ríen nuestras amigas las matronas, a coro.
- ¡Qué razón tenías, Matidiola, querida! - dice Gabinia - Hay que ver lo bien que nos ha venido retomar aquí la costumbre de ir a los baños de los hombres en las nonas de Abril,... -
- Sí - añade, evocadora, Mariola - Era como volver a estar en Roma y tomarnos la tarde libre y pasarla en los baños con las amigas -
- ¿Qué se os habrá perdido a vosotras en los baños masculinos? - les dice Prisca, en tono de reprensión - Todas estáis casadas y bien casadas, ¿qué clase de suerte con los hombres queréis pedirle a Fortuna Virilis? ¿quedaros viudas y que os salga pronto un buen partido? ¿o estáis pensando, malas matronas, en buscaros un lío, engañando a vuestros maridos? -
- ¡Ay! ¡Calla, Prisca! Eres un dolor de cabeza y una aguafiestas - le dice Matidia - Sólo es una vieja excusa tradicional para pasar una tarde divertida. ¿Es que ya se te ha olvidado lo que tú hacías cuando eras joven? -
- Prisca no ha sido nunca joven - dice Cintia.
- No, lo que pasa - dice Mariola - es que mi madre se ha molestado, porque nos hemos ido a los baños y no le hemos dicho nada a ella -
- ¡Ni falta que me hacía! Que yo soy muy decente, aunque sea plebeya y pobretona; y ni por Fortuna, ni por Juno, me meto en los baños de los hombres... -
- No vaya a ser que te salga algún viejo espantajo de pretendiente - ríe, malévola, Gabinia.
- No, hijita, no vaya a ser que te encuentre con las faldas a la altura del cuello, como en las últimas Saturnales - le responde Prisca, más malévola aún - ¿O creías que ya se me había olvidado? -

Probablemente, la costumbre tuvo su origen en algún ancestral rito propiciatorio de la fertilidad, pero, con el paso de los siglos, cayó en el olvido. A finales del siglo I antes de Cristo, sólo las mujeres de clase baja mantenían la tradición, entre festiva y transgresora, que les permitía no sólo tomarse unas horas libres de sus tareas domésticas o del trabajo, sino también unas libertades de comportamiento que, habitualmente, les estaban vedadas, por las rígidas costumbres de una sociedad tan patriarcal como la romana.

La imagen que ilustra esta entrada es un anuncio de cosméticos, de la marca Myrurgia; en concreto, de jabón y de toda una línea de productos de aseo femeninos (extractos, polvos, loción, brillantina y crema), identificados por el mismo aroma. Y la hemos elegido, no sólo porque se trata de una línea de baño, en relación con el tema principal de hoy, sino también por el nombre que la firma dio a la línea, cuyo "buque insignia" publicitario debió ser el jabón: Orgía. El diseñador gráfico, Jener, utilizó unas flores, de las que caen gotas de agua, para evocar una ducha, y la imagen de una mujer (de la que sólo se ven brazos y cabeza). Ésta parece danzar con los brazos en alto, como las míticas bacantes, en una referencia al nombre elegido por la marca para su nueva línea de productos para el baño. Ese nombre debió elegirse porque era corto, sonoro y, en los "felices" años 20 del siglo pasado, en una época muy activa de reivindicaciones femeninas, evocaba transgresión de las prohibiciones, de las rígidas normas sociales, y libertad sexual. Aunque, en la Antigüedad una orgía era, en realidad, una ceremonia religiosa de origen griego, relativa a los cultos mistéricos relacionados con Dionysos/Baco, en los que se celebraban el renacimiento anual de la vegetación y la energía vital, y, en relación con ello, la pervivencia y resurrección de las almas. Sobre el cómo y el por qué llegaron a identificarse con todo tipo de excesos, empezando por el del consumo inmoderado de vino, hablaremos en una próxima entrada.

Este anuncio de Myrurgia fue publicado, a toda página, en la revista Nuevo Mundo, en el número del 12 de Octubre de 1923.

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