jueves, 7 de abril de 2016

EN LO QUE SE CUECE UN ESPÁRRAGO

Después de una nochecita toledana, sin pegar ojo por culpa de una tos traicionera, lo que menos me apetecía era encontrar a nadie trasteando en la cocina, pero Prisca ha aparecido de repente, regañándome.
- Pero, vamos a ver, ¿cómo puedes tener media huerta encima de la mesa de la cocina? -
- Es un detalle de los muchachos, para que me mejore -
- ¡Vaya!, no me los imaginaba yo tan considerados,... pero por mucha quincalla que luzcan, siguen siendo más de campo que las gallinas: a una enferma se le regalan flores, no un montón de hortalizas -
- ¿Qué hay? Sólo me dijo que me dejaba un canasto con algunas cosas -
- Ven a verlo tú misma -
- ¡Ay, Prisca, que no me encuentro bien! - le digo entre toses.
- Pues sí que tienes una tosecilla pesada,... ahora mismo te preparo una tisana,... no, no vengas, que mientras toses, ni te entiendo, ni haces nada útil,... ya encontraré yo las hierbas en el armario -

Trastea por la despensa. Oigo como cambia las cosas de sitio, pero me encuentro tan mal que me da igual.
- ¡Qué desperdicio de descendencia! ¡Mira que sois flojos los del futuro! Un constipado os deja hechos unos zorros y no servís para nada,... -
- En tu época la gente se moría por cosas que hoy nos curamos con una pastilla - digo, a modo de revancha, aunque la tos le quita fuerza a mi alegato y lo deja prácticamante en agua de borrajas.
- ¡Ea! Ya está el agua hirviendo,... pues le he cogido pronto yo el tranquillo a esto de "la vitro" - suelta una risilla triunfante - ¡Qué cosas! Tocas unos circulitos y el panel de vidrio se pone rojo y calienta como si fuera un fogón. Rápido y limpio,... -
- Pues quién tú sabes pretende cambiarla por un fogón de los vuestros -
- ¡Será mequetrefe! Seguro que lo que le pasa es que con esos dedazos que tiene no atina a darle a los circulillos -
- No te metas con él, Prisca. Mira lo atento que ha sido hoy. Estaba demasiado mala para advertirles que no vinieran, y, esta mañana, clareando, se presentó aquí con su cuadrilla, para seguir con la obra de la cocina. Cuando me vio la mala cara que tenía, los mandó recoger en silencio y volverse al pasado. Al rato, procurando no hacer ruido, volvió él mismo con el canasto,... que, a propósito, ¿qué es lo que tiene? -
- A ver, a ver,... media huerta y un prado entero,... Pero qué exagerados que son estos pechos de lata. Hay setas, espárragos, cebolletas, ajos tiernos, cardos, berros, acelgas, apio para parar una carreta y pepinos,... y todo recién cogido, vamos, que te lo han traído con la tierra y los hierbajos también -
- Es un regalo; no voy a quejarme -
- Lo que tienes que hacer es recogerlo y colocarlo todo dentro de la caja fría, para que no se estropee, porque no te veo yo a ti con mucha disposición ni para cocinar, ni para comer,... aunque todo esto no se lo come de una vez ni una vaca,... -
- Sí, luego lo guardo -
- Anda, tómate esto, antes de que se enfríe, que te va a sentar muy bien -
- ¿Qué lleva? -
- No pensarás que voy a decírtelo, ¿verdad, bonita? Y no pongas cara de asco, que todo estaba en tu despensa; yo sólo he cogido un pellizco de acá, otro de allá, y lo he puesto todo junto a cocer. Vamos, bébetelo... Eso está mejor... Y ahora te voy a dejar hecho algo de cena antes de volverme a casa -
- Gracias, Prisca; pero no hace falta que te molestes. Yo me prepararé cualquier cosita más tarde -
- ¡¿Cualquier cosita?! Demasiado bien se yo que esa cualquier cosita será alguna guarrería de éstas modernas, que ni alimentan, ni nada. ¡No, señora! Mira, y verás qué rápido te dejo listo algo en condiciones. ¿Qué hay más rápido que cocer un espárrago?... Pues ¡nada!. Y aquí tenemos un buen montón de espárragos recién cortaditos de sus matas en el campo,... anda que en eso se entretienen éstos, en corretear por el monte cogiendo setas y espárragos,... -
Viendo que no puedo pararla, le pregunto, entre toses:
- ¿Cómo los vas a preparar? -
- ¿A ellos, o a los espárragos? - bromea Prisca, mientras corta la parte inferior de los espárragos con el cuchillo más grande que ha encontrado por la cocina - Pues, sencillitos: un hervor, un pellizco de sal, un buen chorro de aceite y un salpicón de vinagre -
- ¿Había otras recetas? -
- Sí, porque los espárragos son muy agradecidos, y van bien con muchas cosas. Los cueces y los comes con huevos fritos; o haces un revuelto mezclándolos con huevos en la sartén. También se pueden añadir, picaditos, a los guisos. O sofreirlos con ajo,... Para guiso los pones crudos con los otros ingredientes en la olla, o la cazuela, pero para revueltos o para fritos, tienes que cocerlos primero. Ya sabes: cuando el agua rompa a hervir, echas los espárragos, esperas un momentillo y los sacas corriendo, que si no, se pasan enseguida y se ponen blanduchos -
- Seguro que había recetas más complicadas -
- Sí, claro, pero eran cosas de cocineros de postín y mesas de ricos: todo muy elaborado y con muchas especias,... ganas de complicarse la vida, porque los espárragos, como están más ricos es sabiendo a espárragos,... ¡Listos! -
- ¿Ya están cocidos? -
- Lo que dice el refrán, bonita, más rápido que lo que tarda en cocerse un espárrago - se ríe, quitándose mi delantal, y preparándose para volver al pasado - Que te lo comas todo -
- Descuida -
- Y recoge la verdura, que los caracoles que venían con ella se están subiendo ya por las paredes de la cocina -

Aprovecho esta nueva entrada sobre cocina para recomendaros que visitéis, queridos lectoras y lectores, el perfil de Facebook de Yolanda Henares Guerra, que tan amablemente nos cedió fotos de sus torrijas. En el álbum que ella ha titulado "In da kitchen", presenta muchísimas fotos de sus creaciones culinarias (algunas en modo "paso a paso"). Hay de todo: desde su original repostería hasta versiones divertidas de recetas habituales, especialmente pensadas para niños, e incluso, con niños en la cocina.

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