viernes, 15 de abril de 2016

EL ACERTIJO DE FAUNO

Alegoría de Fauno (Jerez de la Frontera)
El día 15 del mes de Abril (Aprilis) estaba dedicado a la diosa Tellus, la madre tierra. Era una antigua divinidad agraria romana, considerada como el seno fértil que acogía las semillas y permitía el crecimiento y desarrollo de las cosechas.
En los tiempos de nuestras novelas, a finales del siglo I a.C., se la asociaba con Ceres, que, con el paso de los siglos, había ido asimilando a su culto los de otras divinidades agrarias anteriores. También se la relacionaba con Vesta, y algunos de sus rituales, como veremos a continuación, los llevaba a cabo la orden de las sacerdotisas Vestales; y probablemente esté detrás de la Dea Dia, otra divinidad agraria, que veneraba la orden sacerdotal de los Arvales. Las tres divas residían en templos redondos, como correspondía a las diosas de la tierra.

Por su carácter de proverbial madre fecunda, Tellus también recibía preces por parte de las novias, en los matrimonios tradicionales, para que bendijera la fertilidad de la unión. Pero los días 15 de Abril primaba su carácter agrario y de propiciadora de las cosechas, celebrándose en su honor las llamadas Fordicidia (al ser de carácter muy antiguo, su nombre aparece también como Hordicidia o Fordicalia), fiesta que abría el ciclo de festejos primaverales de este mes, dedicados a la fertilidad. Este día se realizaban sacrificios, públicos y privados, inmolándose vacas preñadas en honor a Tellus Mater. Las vacas se ofrecían a Júpiter, y los becerros no natos eran incinerados por la Vestal Máxima, que guardaba sus cenizas para utilizarlas en otras festividades a celebrar los días siguientes.
La tradición de ese sacrificio vacuno era antiquísima, y, según la leyenda, la instituyó el sabio rey Numa Pompilio, para salvar a Roma de un largo período en el que el clima adverso estaba dando al traste con la fertilidad de los campos y los rebaños, y amenazaba con acabar con sus habitantes por falta de alimentos. Gobernante responsable, intentó solucionar el problema haciendo sacrificios a los dioses y llevando una vida casi de eremita, hasta que se le apareció Fauno (Faunus), uno de los númenes consultados, y le dio la solución.
Ya hablamos en una entrada anterior sobre que los faunos eran criaturas divinas de los bosques y montes, protectoras del ganado, que tenían, entre otros, el don de la profecía. Fauno era asimismo una antiquísima divinidad y héroe mítico latino, vinculado a la tierra y los bosques, que gustaba de comunicarse con los hombres mediante oráculos y acertijos, que susurraba con voz misteriosa entre las frondas. Así que se apareció al atribulado Numa entre los árboles, y le dio la solución a la crisis; pero, conforme a su humor, lo hizo en forma de acertijo: le dijo que tenía que ofrecer en sacrificio dos vidas pero con una sola muerte. El responsable Numa, teniendo en cuenta que cualquier sacrificio sólo era válido si se llevaba a cabo el ritual de manera escrupulosamente correcta, no quiso cometer ningún fallo y fue a consultar con la sabia ninfa Egeria, de la que ya os he hablado en otra ocasión, queridos lectoras y lectores.

- Y la buena Egeria le dijo: Numa, hijo, parece mentira que seas tan discreto para algunas cosas, y para otras,... Es muy fácil; tienes que sacrificar una vaca preñada, porque al matarla, mueren vaca y ternero por nacer. Dos por una, Numa -
- ¿Seguro que la ninfa Egeria le dijo eso al rey, Prisca? -
- Sí, eso. Más o menos. ¿Qué esperabas? -
- Pues que, tratándose de un personaje legendario, se expresara de una forma más solemne; más parecida a lo que dejaron escrito los poetas,... -
- Ya, versitos. Pues no, hija, no, que Fauno y las ninfas son más latinos que yo, y muy de campo,... así que de versitos nada,... Acertijos, para reírse un rato de los mortales, y llamando al pan, pan, y al vino, vino -

Para ilustrar esta entrada, una simpática alegoría de Fauno, riendo entre frondas imposibles, que adorna un bonito paño de azulejos de la Estación del Ferrocarril de Jerez de la Frontera (Cádiz, España).

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