jueves, 25 de agosto de 2016

LA DIOSA DE LA ABUNDANCIA TIENE UN NOMBRE MUY CORTO



OPS

La diosa de la abundancia, o dispensadora de abundancia, se llamaba Ops. Tal como comentamos en la entrada que dedicamos a las diosas-madre-Tierra, era una de las más antiguas divinidades femeninas que, en el panteón latino, personificaban la fertilidad y la abundancia de la tierra. De ahí que se la considerase esposa de Saturno y estrechamente relacionada con el dios del que hablamos en una de las entradas anteriores, Consus, en lo relativo a la abundancia y a la protección divina de las cosechas de cereales durante la recolección y la trilla.

- Es cierto, tribuno, que Ops era una divinidad tan antigua?
- Certísimo, querida. La leyenda dice que el rey sabino Tito Tacio, contemporáneo y coregente de Rómulo durante algunos años, le dedicó un ara a la diva… Y ha llovido mucho desde entonces sobre Roma.
- Hoy, 25 de Agosto, se celebraba la fiesta de Opeconsiuia, que, como su nombre indica, estaba dedicada a Ops.
- Así, es, a una de las advocaciones de la diosa, Opeconsiua, la más relacionada con las fechas de finales de recolección, trilla y almacenaje del grano, y, por tanto, como antes les has contado a los lectores, con el dios Consus. De hecho, el día de las Consualia, el 21, también se ofrecía un sacrificio a Ops.
- Has dicho “una de las advocaciones”, ¿tenía varias?
- Sí, que venían a ser matices de sus ocupaciones divinas, o de los lugares que tenía consagrados en la ciudad. Ops Opifera; Ops Regia, que era la advocación más antigua, probablemente la que conocieran Rómulo y Tito Tacio, y que tenía una capilla en la Regia, al cuidado del Pontifex Maximus y las Vestales. Tenía otro templo en el Foro, en el que se celebraban las Opalia, festividad también dedicada a ella; y otro en el Capitolio, dedicado a Ops Capitolina, donde, desde hacía unos doscientos años en mis tiempos, se llevaban a cabo los cultos y ritos relativos a la fiesta de la que hablamos hoy. Y, finalmente…
- Perdona que te interrumpa, pero ¿ese templo del Capitolio no tuvo bastante que ver con un grave incidente en el contexto de las últimas guerras civiles?
- No me lo menciones, hija, no me lo menciones, que me trae malísimos recuerdos – contesta el tribuno, pesaroso – El divino Julio César, antes de ser asesinado, había hecho depositar en el templo de Ops Capitolina fondos del estado por valor de setecientos millones de sextercios, poniéndolos bajo la protección de la diva. Tras su infausto fallecimiento, en la turbulenta y larga, demasiado larga, temporada que siguió a su funeral, Marco Antonio se los llevó para disponer libremente de ellos… No fue una buena época, no.

Para sacarle del mutismo en el que sus recuerdos le han encerrado, le animo a seguir hablando de Ops:
- ¿Qué ibas a decir antes de que te interrumpiera?
- ¿Qué? ¡Ah!, sí. Iba a decir que, muchos años después, cuando hacía también mucho que a César Octaviano lo conocíamos por su título honorífico de Augusto, se dedicó un altar a un dúo de diosas-madre, Ceres, en su advocación de Mater, y Ops, en su advocación de Augusta.

Queridos lectoras y lectores: la entrada de hoy ni lleva imagen, ni mis personajes han querido que albergara ninguna de sus humoradas; y está dedicada, como no podía ser de otra forma, a la memoria de los fallecidos en el reciente terremoto que tanto daño ha causado en nuestra hermana Italia. Para ellos, que la tierra les sea leve; para sus familiares y allegados, nuestras condolencias y más sentido pésame; y para todos los que ahora afrontan el día después de la tragedia, entereza para soportar las pérdidas y ánimos para la reconstrucción.

 

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