domingo, 18 de septiembre de 2016

GALERADAS

Lectora (Pompeya, Italia)


Queridos lectoras y lectores:

Ya estamos con las galeradas de la novela entre manos. Empleo este término, en franca decadencia debido a las técnicas digitales de hoy en día, para comunicaros que la editorial me ha remitido el texto maquetado.

Esto se traduce en, por una parte, unos días emocionantes, pues veo la obra en la que será su forma definitiva; y, por otra, en la certeza de encontrarnos en la última etapa de esta carrera de fondo que es el proceso de creación y publicación de una novela.

Para vosotros, a su vez, esto significa que vuestra espera entra en la cuenta atrás y, casi antes de os queráis dar cuenta, podréis tener el libro en las manos.

Ahora mismo, mis personajes y yo estamos a la caza y captura de erratas sobre el texto. Os confieso que, aunque me dan mucha compañía y apoyo moral, ayudar, lo que se dice ayudar, ayudan poco…

- Porque tú no nos dejas, querida – protesta el tribuno – Llevo varios días diciéndote que tengo hombres leídos a mi cargo, entre los que podría repartir el trabajo, siempre y cuando lo hagas salir de la caja bizarra y me lo des escrito sobre algún material sólido y adecuado, como papiro, o ese invento moderno, el papel –
- Gracias, tribuno, pero eso nos llevaría demasiado tiempo –
- Yo leo muy rápido – me ofrece el personaje narrador.
- Y no se le escapará ni una errata, te lo puedo asegurar. Como a mí tampoco – insiste el tribuno.
- Lo sé. Y estoy segura de que en latín, sois buenísimos, pero esto es español, queridos –
- ¡Pamplinas! Latín moderno – afirma el tribuno.
- Sí, se podría decir que es “latín moderno”, pues es una lengua evolucionada directamente de la que vosotros hablabais, pero entre entonces y ahora han cambiado muchas cosas, y poneros al día de ortografía y signos de puntuación nos llevaría una temporadita; por no hablar de… -
- Ya sabes que podemos leerlo perfectamente: nos ves hacerlo de continuo en el espejuelo de tu caja bizarra, en tus libros e incluso en esos pliegos de papel que llamas periódicos – me interrumpe el narrador.
- Sí que me he dado cuenta. Leéis mejor español que nosotros latín –
- Y bien poco hemos de recurrir a la consulta del libro titulado Diccionario de la Lengua Española – añade el tribuno – Si es que, como diría uno de mis oficiales, os hemos parido,… Anda, hija, consiente en que te ayudemos –
- Lo siento, tribuno. Os lo agradezco de mil amores, pero ¿cómo podríais ayudarme, por ejemplo, con la revisión de los signos de puntuación, si vosotros no los utilizabais? –
- Ahí tenemos que darle la razón, tribuno – dice el narrador.
- Ciertamente, hijo, ciertamente –

Para ilustrar esta entrada, un bonito detalle de un fresco procedente de la antigua ciudad de Pompeya (Nápoles, Italia), que seguramente recordéis, en el que se ve a una mujer leyendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario