Fuente de época romana (foto: T.Piquet/2014) |
Queridos amigas y
amigos:
Hoy dedicamos la
entrada a los lectores de nuestro país vecino y hermano, Portugal, donde, a lo
largo del verano que acaba de terminar, - aunque, por las temperaturas, no lo parezca
-, se han incrementado notablemente las visitas a nuestro blog.
Uno de nuestros lectores
portugueses me ha preguntado a través del correo electrónico si se podría equiparar
la actual división político-administrativa de la Península Ibérica, entre
España y Portugal, con la antigua división provincial romana de Hispania Citerior e Hispania Ulterior. A António ya le he respondido que no,
explicándole el por qué y enviándole un retrato de nuestra mascota; pero como
creo que el asunto es suficientemente interesante para ello, esta tarde vamos a
comentarlo con nuestro amigo el tribuno.
- Encantados de tenerte
de nuevo por aquí, tribuno –
- Que los buenos dioses
os sonrían, querida, a ti, y a los lectores –
- ¿Me ayudas a explicarles
por qué vuestra división provincial de las Hispanias
no puede equipararse a la actual división de la Península Ibérica, entre España
y Portugal? –
- Por supuesto, hijita.
En primer lugar, que sepan todos cuanto esto leyeran, que he estudiado
detenidamente la situación geográfica actual de la Península; y también por
todas las que pasó anteriormente, desde que yo llegara a ésta, hace ya dos
milenios. Con ello quiero decir que me encuentro lo suficientemente autorizado
para una discusión filosófica sobre el tema,… -
- Disculpa que te
interrumpa, tribuno, pero tenemos que aclarar a nuestros lectores que, en este
caso, cuando hablas de “discusión filosófica” te estás refiriendo a Geografía –
- Disculpada – resopla el
tribuno – Y entendido. Intentaré hablar con la mayor llaneza posible… La cuestión
es que, en nuestra época, ni hasta muchísimo tiempo después, no existían los “países-estado”,
tal como vosotros los conocéis, porque eso fue un invento político muy moderno.
El nuestro era un mundo de “ciudades-estado”, cuyos correspondientes
territorios podían tener extensiones muy diversas, desde sólo varias millas a
la redonda, hasta el control de la mitad del mundo, por el que, en mis tiempos,
competíamos tradicionalmente unas cuantas –
- El caso de las Hispanias – le digo, para que no se nos
vaya por las ramas –
- Sí, sí, a eso iba… La
Península Ibérica que nosotros conocimos estaba llena de una gran variedad de “ciudades-estado”;
unas, aliadas nuestras, y otras, no. Conforme fuimos ampliando nuestro control
sobre el territorio, después de disputárselo a Cartago,… otra de las “ciudades-estado”
de las que os hablaba antes,… se hizo necesario organizarlo, para una mejor
administración, ya que el número de ciudadanos romanos, latinos e itálicos que
vivían aquí iba en rápido aumento. Así que dividimos Hispania en dos provincias, Citerior,
la más cercana a Italia, y Ulterior,
la más alejada. La divisoria, nunca una frontera, partía de la costa sureste,
dejando la gran ciudad de Cartago Nova
y su territorio dentro de los límites de la Citerior;
y subía, aproximadamente hacia el noroeste… No os vayáis a imaginar una línea
recta, como las de las fronteras de algunos de los países de vuestro hoy en
día, ¿eh, queridos?, que había que respetar las tierras de los aliados… Así,
por los linderos de los territorios de unos y otros, cruzando las planicies
altas que vosotros llamáis Meseta Central, se llegaba hasta el curso alto de los
ríos Durius e Iberus. Entre la costa del Mare
Internum y esa delimitación, se extendía la provincia Citerior. Al oeste de ella y hasta el Oceanus, la Ulterior. Por
tanto, y contestando al lector que lo preguntaba, lo que hoy es Portugal estaba
dentro de nuestra antigua Hispania
Ulterior, pero junto con buena parte de los territorios que hoy son la
mitad occidental de lo que hoy es España –
- Pues muchas gracias,
tribuno. Con esto, creo que a todos nuestros lectores les habrá quedado clara
la situación de entonces, y la diferencia con la actual división peninsular –
- Sí, hija. Pero me
gustaría aclarar otra cosa. En mis lecturas geográficas sobre estas mis
queridas tierras hispanas, he podido comprobar que diversos autores utilizan
las palabras “luso” o “lusitano” como sinónimos de “portugués” -
- Es relativamente frecuente, tribuno, que para lugares que pertenecieron a lo que nosotros conocemos
como Imperio Romano, los antiguos gentilicios se usen como sinónimos de los
actuales, así, “galo” equivale a francés; o “germano”, a alemán –
- Pero eso no era así…
- protesta el tribuno – En el caso de la Lusitania,…
-
- Empecemos por el
principio – le digo – Explica a los lectores qué era la Lusitania, por favor –
- ¡Oh! Sí, por supuesto. Pocos años después de llegar nosotros a las Hispanias,…
-
- Y de liarla parda,
por lo que parece, según los libros de Historia –
- De eso ya hablaremos,
jovencita,… La cuestión es que se contempló la necesidad de una reorganización
provincial en las Hispanias y en las Galias. César se encargó de que, en el
caso de las Hispanias, se delimitaran
nuevas provincias, segregando territorios de la Ulterior, que, entre el Durius,
el Oceanus, las Columnas de Hércules
y la costa más occidental del Mare
Internum, quedaría administrada en dos, la Betica, y la Lusitania.
Parte de lo que hoy en día es Portugal quedaba dentro de esta última, desde el Durius hasta el extremo sur; pero
también quedaba en provincia lusitana más o menos la mitad occidental de la
Meseta Central española, de lo que resulta que muchos españoles actuales
también podrían ser denominados “lusitanos” –
El estruendo habitual
anuncia que la escolta vuelve para recoger al tribuno; y como las maldiciones en latín suenan demasiado cercanas, el tribuno hace un gesto a su asistente,
para que le acerque la toga y le ayude a colocársela.
- Como bien oyes,
querida, ya vienen mis hombres para llevarme de vuelta a nuestro hoy en día –
- Una última pregunta,
porque seguramente algunos lectores querrán saberlo: ¿dónde quedaba ubicado el
extremo norte de lo que hoy es Portugal, los territorios más allá del curso
inferior del Duero? –
- ¿La Transduriana? Pues quedó dentro de la Tarraconense. Esta nueva provincia, que
se denominó así a partir del nombre de la que sería su capital administrativa, Tarraco, equivalía a la anterior
provincia Citerior, que vio sus
territorios ampliados hacia el norte y el noroeste, hasta el Oceanus. Así que puedes decirles a los
lectores portugueses, que, en mis tiempos, todos eran “ulteriores”, y, luego, unos,
“tarraconenses” y otros, “lusitanos”… Y a los lectores españoles, que alguno se
lo preguntará, les dices que a ellos les tocaba de todo: “ulteriores” y “citeriores”;
y después, “béticos”, “lusitanos” y “tarraconenses”,… ¡Ya voy! ¡Impacientes!
¡Que no se os va a enfriar la cena!... Hasta más ver, hijita, que a estos
buenos mozos les rugen las tripas y están deseando volver a los cuarteles –
Inscripción funeraria (antigua Lusitania/foto: T.Piquet/2011) |
La reorganización
provincial a la que ha aludido el tribuno la llevó a cabo Augusto, al que él ha
llamado César, a partir del año 27, antes de Cristo, de nuestro calendario.
GLOSARIO GEOGRÁFICO
Durius
– Río
Duero.
Iberus
–
Río Ebro.
Oceanus
–
Océano Atlántico.
Mare
Internum – Mar Mediterráneo.
Cartago
Nova – La actual ciudad de Cartagena.
Tarraco
– La
actual ciudad de Tarragona.
Betica
– (Bética) Región de la antigua Hispania Ulterior, situada en el
Suroeste de la Península Ibérica, con el valle del río Betis (Guadalquivir) como eje principal, pero comprendiendo también
Sierra Morena, parte del valle del Guadiana y las cordilleras Sub-béticas, llegando
por el sur hasta el Golfo de Cádiz, el Estrecho de Gibraltar y las costas
mediterráneas.
Transduriana
–
Región de la antigua Hispania Ulterior,
que comprendía las tierras que se extendían al norte de, aproximadamente, el
último tercio del curso del río Duero, hasta las costas del Atlántico y el
Cantábrico más occidental.
Columnas de Hércules –
Estrecho de Gibraltar.
Para ilustrar esta entrada, os traigo la foto de una fuente romana (restaurada), que se encuentra en tierras de lo que fuera la antigua provincia de Lusitania, dentro de la parte de ella que hoy es territorio español. Y otra, de una inscripción funeraria que se encuentra en la parte de la antigua Lusitania que hoy está en territorio portugués.
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