sábado, 15 de octubre de 2016

IDUS DE OCTUBRE: JÚPITER, MARTE Y CARRERAS



Los idus de octubre, el día 15, consagrados a Júpiter, eran, sin embargo, y, al parecer, desde muy antiguo, fiesta consagrada a Marte. En su honor se celebraban carreras de caballos y de carros en el Campo de Marte; y un peculiar sacrificio, que, si bien lleno de atractivas muestras del arcaico folklore indoeuropeo, no puede dejar de resultarnos impactante a todos los que amamos a los caballos. 

Para hablarnos del “caballo de octubre”, nos acompañan varios de nuestros personajes.
- ¿Era la de hoy, pues, una festividad muy antigua, tribuno? –
- Mucho, hija. Era una tradición que se pierde en la noche de los tiempos –
- Esa es una afirmación muy poética, pero poco precisa. ¿No podríamos darles a nuestros lectores una datación más aproximada? –
- No, querida. Cuando hablamos de tradiciones, la memoria se mezcla con la leyenda y las fechas se vuelven imprecisas… Las fechas, y casi todo lo demás, porque seguramente hubo detalles que cambiaron con el paso de los siglos,… -
- ¡De eso nada! Los ritos se celebran siempre de la misma manera – dice, tajante, el más pío de los oficiales – Porque si no, no sirven. Así que no cambian –
- Eso sólo te lo crees tú, y cuatro más – le dice el oficial de mayor graduación, con una sonrisa torcida.
- Descreído que eres, estimado colega – le contesta el más pío, sacudiendo la cabeza con pesar.
- Y tú un abraza altares de mucho cuidado -
- El caso, querida, es que, en nuestros tiempos, ya nadie,… ni los más píos – añade el tribuno, mirando significativamente al oficial más pío, antes de que a éste le diera tiempo de replicar al de mayor graduación – recordaba con certeza qué dio origen a la tradición. Y tanto eruditos como filósofos buscaban distintas explicaciones, unos inclinándose a considerarlo como un pretérito ritual guerrero, muy acorde con nuestro talante belicoso; otros, a interpretarlo como una tradición propiciatoria de bienes para la agricultura –
- ¿Qué ha dicho? – pregunta el oficial de la cara cruzada por una cicatriz.
- Que los sabios no se ponen de acuerdo, porque unos dicen que es cosa de nuestro natural guerrero, y otros, que es parte de nuestra tradición de granjeros – le explica el narrador.
- Vamos, que aunque peleones, somos más de campo que las gallinas, que es lo que yo digo siempre – concluye el de la cicatriz.
- Mismamente – le da la razón el más pío.
- Establecida esa verdad por, aquí, mis bravos oficiales, – dice el tribuno con una mueca de fastidio por las interrupciones -, espero que los lectores hayan comprendido que esa dualidad se deriva de la propia del divino Marte, que, entre nosotros, participa tanto del espíritu guerrero como del de numen protector de la agricultura –
- Dualidad que, hasta hoy en día, ha dado lugar a numerosas discusiones científicas entre especialistas en la materia. Éstos, igual que en vuestros tiempos, se dividen en partidarios de una u otra interpretación –
- Pues sí que ha durado la controversia – dice el oficial de mayor rango.
- Mucho más que la propia tradición – les digo.
- ¡Qué cosas! – se asombra el de la cicatriz.
- ¿Estás tú segura de eso, Flaquilla? – me pregunta el más pío.
- Os lo puedo asegurar con los libros de Historia en la mano – respondo.
- Nihil novi sub sole – dice el tribuno.
- Nada nuevo bajo el sol – traduce el narrador para vosotros, lectores.
- ¿Les contamos a los lectores algo sobre el ritual? –
- No sé, querida. Con las sensibilidades actuales, quizás sea demasiado duro para nuestros amigos – duda el tribuno.
- ¡Pero si es un día de fiesta precioso! – protesta el más pío.
- Y las carreras son reñidísimas y emocionantes – apunta el de la cicatriz.
- En las Hispanias y el sur de las Galias todavía se celebran tauromaquias – dice el narrador – Y, por lo que he leído, son celebraciones muy concurridas. Aunque han cambiado las formas, la gente sigue llenando los anfiteatros,… que ahora se llaman “plazas” – les explica a sus compañeros – y celebrando con fervor los triunfos de los que ahora se conocen como “matadores”. Son, como en nuestros tiempos, espectáculos cargados de ceremonia y rituales –
- Y, como entonces, herederos, a través de un largo proceso de evolución, de tradiciones milenarias. No obstante, debido, como el tribuno ha sugerido, al cambio de sensibilidades, hoy en día hay un importante número de ciudadanos que pretenden la abolición de la tauromaquia, lo que genera reñidas controversias –
- ¿Qué hacemos entonces, les contamos, o no, lo del caballo de octubre? –
- Contémoslo. Pero, tribuno, por favor, sé parco en los detalles –
- Lo intentaré,… -
- El ser parco y nuestro tribuno no son cosas compatibles – dice, riendo por lo bajo, el oficial de mayor rango.
- Muy salado – le recrimina el tribuno, a la par que les echa a todos una mirada de reprimenda, porque hacen visibles esfuerzos para no reírse – En fin, que hoy, en honor de Marte, se celebran tradicionalmente carreras de caballos, de forma paralela a las que se habían celebrado el 15 de marzo. De toda la vida, como diríais vosotros, mis valientes, han competido en el Campo de Marte caballos sin jinete y con jinete; y carros, tirados por dos, tres, cuatro o más caballos. Y la tradición impone que, al igual que en los idus de marzo, en los idus de octubre se sacrifique al dios uno de los caballos del tiro del carro ganador en la carrera de bigae, en concreto, el que ha corrido por fuera –
- Explicad a nuestros lectores qué eran las bigas, y qué significaba que un caballo corriera por fuera – les pido.
- Una biga es un carro ligero, para carreras, tirado por un par de caballos. El que corre por fuera es al que le toca hacer la carrera por el lado exterior de la pista – explica el narrador.
- Ese animal es la víctima perfecta para el sacrificio a Marte; y para servir como fuente de materia sacrificial para otras ceremonias religiosas, de las que ya me has hecho contar a los lectores en ocasiones anteriores. Su cola se corta y se lleva sobre la marcha a la Regia, entregándola a las Vestales. Ellas mezclan la sangre con las cenizas del altar, donde también reduce a cenizas la cola completa; y guardan cuidadosamente la mezcla sacralizada para utilizarla en otras ceremonias, como las Palilia –
- Se te olvida contarles lo de la cabeza – le dice el oficial más pío.
- Creo que podemos obviarlo, hijo – le dice el tribuno.
- Pero es importante, tribuno – el más pío insiste.
- Y divertido – añade el de la cicatriz – Que menudas trifulcas se organizan entre los de la Subura y la Via Sacra, ¿eh? Hay apuestas todos los años por ver qué barrio consigue llevarse la cabeza del caballo a sus lugares –
- Normal – dice el más pío – Como que tenerla colgada en su barrio les trae a los que allí viven un año entero de abundancia y buena suerte –
- En fin, querida, he intentado evitarlo, pero ya ves que no me han dejado. La tradición dictaba que también se cortara la cabeza del caballo sacrificado y que dos barrios de la ciudad tenían el derecho a disputársela, y, supersticiosamente, a los beneficios de tenerla colgada en una pared. No me preguntes por qué sólo esos dos barrios entraban en disputa, porque eso también se perdió en la noche de los tiempos –
- Oye, Flaquilla, ¿tú nos podrías averiguar quiénes han ganado hoy, si los de Via Sacra o los de Subura?... Ya sabes, mirando en los libros de Historia, o en la caja bizarra,… que estando aquí, tan lejos de Roma, no hay manera de hacer apuestas en condiciones -

GLOSARIO
Via Sacra (Vía Sagrada) y Subura (Suburra) – Barrios antiguos de la ciudad de Roma.
Biga (plural, bigae) – Carro ligero para carreras, tirado por dos caballos.
Fiesta del “caballo de octubre” – Ceremonia sacrificial que tenía lugar el 15 (idus) de octubre, paralela a la de las Equirria del 15 (idus) de marzo. La víctima era uno de los caballos ganadores de las carreras celebradas en honor al dios Marte en esas fechas.
Palilia - Festividad romana de carácter agrario y propiciatorio.
Campus Martius (Campo de Marte) – Área de la antigua ciudad de Roma, próxima al río Tiber, dedicada tradicionalmente a actividades deportivas o militares, y consagrada al dios Marte. En principio sólo era una explanada en una zona inundable de uno de los meandros del río, que se utilizaba de manera estacional; pero con el paso de los siglos se fue urbanizando, y se erigieron edificios públicos y monumentos de distinta índole.
Nihil novi sub sole (Nada nuevo bajo el sol) – Refrán latino, que, traducido, aún se utiliza hoy en día.

Para ilustrar la entrada, os traigo una bonita foto de la cabeza de un hermoso caballo, alusiva a la festividad de los idus de octubre. Fecha que tuvo relevancia en los hechos que nuestro personaje narrador cuenta en la novela, de próxima aparición.
- No quieras tirarme de la lengua, Flaquilla, que ya sabes que los lectores han de esperar a que se publique el libro – me dice el oficial con amable firmeza, aguándome la posibilidad de que nos adelantara algo sobre la novela.


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