Perro guardián en su caseta (mosaico; foto: T. Piquet, 1992) |
El mosaico al que pertenece este detalle (y otros que ya han aparecido en entradas anteriores) se conoce como "el mosaico del señor Julio", y procede de las excavaciones de una villa rústica en el área de la antigua Hadrumetum (Túnez). En él se representa la citada villa y, a su alrededor, diversas escenas de la vida rural de su época (algunos siglos después de la de nuestras novelas, en el siglo IV después de Cristo). Junto a un campo de trigo (las espigas, listas para la siega, se ven a la derecha de la imagen), está la caseta del perro guardián, en forma de pequeña choza de paja. Nuestro amiguito canino está sentado a la puerta, a cuyo pie hay una estaca clavada en el suelo, a la que alguien ha sujetado su correa para que permanezca en su puesto y de aviso de posibles intrusos, sin salir a la carrera tras ellos.
Aquí os muestro también una vista más amplia de la vieja foto de gran parte del mosaico. El perro guardián y su caseta están en el extremo superior derecho. Los que tengan buena memoria, podrán reconocer también (zona central, a la derecha) la escena de cacería que he utilizado para amenizar gráficamente un par de entradas anteriores; y en la que se ven otros dos podencos.
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