Pintura al fresco. Paisaje con ribera y barca. |
- Siento tener que sacarte de tu lectura, tribuno, pero nuestros lectores esperan la entrada -
- Sí, hija, sí... Este tratado sobre óptica es interesantísimo. Volveré sobre ello otro día. Puedes recoger todo lo demás. Mientras, yo voy a poner un poco de orden en el patio -
Me resigno a recoger todo lo que me ha hecho sacarle para satisfacer su curiosidad sobre las lentes (catalejo, binoculares, visor estereoscópico, lupas de diferentes aumentos, cuenta hilos, gafas); y el tribuno sale al patio con andares majestuosos, para tratar de que los hombres de su escolta dejen de comportarse como niños. Prometieron regar las plantas, pero, a causa del calor, han acabado regándose entre ellos, muertos de risa. Se dirige a ellos en un tono moderado, que va elevando cada vez más, hasta que, viendo que no le hacen el menor caso, saca un silbato de entre los pliegues de su toga y lo hace sonar con autoridad. De inmediato, los legionarios empapados dejan de reír y se cuadran, esperando órdenes. La manguera se queda sin nadie que la controle y un chorro de agua a presión aterroriza al gato del vecino, que descansaba sobre la tapia. El tribuno les echa una regañina por el jolgorio y los uniformes mojados, y les ordena que acaben de regar las plantas.
- Y, sobre todo, ¡no desperdiciéis el agua! -
- No te apures, mi tribuno, que caiga donde caiga, riega algo -
- ¿Y bien, hijita? ¿sobre qué vas a querer que ilustre hoy a nuestros lectores? - me ofrece, sentándose a la mesa.
- Pues tenemos muchos temas pendientes, pero como hoy es día 24 de Junio, creo que deberías hablarles de la fiesta de Fortuna en Roma -
- ¡Vuelta a los mitos! - dice, en tono resignado, levantando las manos.
- ¿Quién era Fortuna? -
- Fortuna es, en el fondo, el numen favorable de la divinidad, de cualquier divinidad, así que nos referimos a ella como diva, pero también como elemento benéfico asimilado a otros dioses. Nosotros, que somos una rancia estirpe de grandes guerreros, la asociamos habitualmente a Marte y a Victoria -
- ¿Y como diva? ¿quién era la diosa Fortuna? -
- Fortuna es una muy antigua diosa latina, venerada en muchas ciudades itálicas desde tiempos inmemoriales. Responde a muchas advocaciones, algunas con hermosos y bien costeados templos propios, pues, más que con cualquier otra divinidad, siempre es conveniente estar a bien con Fortuna, para que nos sea favorable, puesto que, dado lo caprichosa y voluble que es, bien podría darnos la espalda o frustrar nuestras esperanzas y afanes -
- Así que Fortuna es la divinización de la suerte -
- Se podría decir así. No obstante, también tiene un importante carácter agrario -
- Siempre viene bien algo de buena suerte para que salgan adelante las cosechas -
- Eso sería simplificar en exceso,... teniendo en cuenta que el mito dice que Fortuna es, nada más y nada menos, que la madre de Júpiter -
- Pero, la madre de Júpiter, ¿no era Rea? -
- Rea era la madre de Zeus. No confundamos los mitos griegos con los latinos... Aunque la asimilación de los panteones y de las mitologías, dio lugar a algunos cambios: Júpiter/Zeus pasó a ser hijo de Rea; y Fortuna, al asimilarse a la Tiqué griega, se convirtió en hija de Júpiter/Zeus. O sea, que acabó siendo hija de su propio hijo... Eso sí, rejuveneció - añade el tribuno con una sonrisita escéptica.
- ¿A qué advocación se dedicaba la fiesta del 24 de Junio? -
- A Fors Fortuna, en su templo a las afueras de la ciudad, en la Via Portuensis. Era una celebración muy antigua, que, conforme a la tradición, se remonta a los tiempos en que Servio Tullio, el sexto rey de Roma, le consagró el templo a orillas del Tíber -
- Cuéntanos algo de la fiesta - le pido.
- Pues era una fiesta muy popular, con excursión hasta el templo y comida campestre incluida -
- Entonces, seguro que a nuestra amiga Prisca le encantaría -
- Sí, estoy seguro de que esa impertinente persona habrá disfrutado de muchas fiestas de Fors Fortuna en la orilla del Transtiber, paseando junto al río con la cesta de la comida y la bota de vino a cuestas -
- Era una especie de verbena popular, ¿no? -
- Sí, hija. Exactamente eso, porque la ceremonia religiosa se despachaba en breve. Lo que a la plebe le interesaba era bajar por el río hasta el templo, en barca; o paseando por las orillas, mientras disfrutaban del frescor de la ribera, muy recomendable ante los calores estivales, y del espectáculo de las barcas y barquitas, engalanadas para la ocasión, bajando la corriente, y subiéndola al atardecer. Era una buena excusa para salir del bochorno de entre los muros y los edificios de la ciudad, y pasar el día cerca del agua; o dentro del agua, pues no faltaban los que se caían de las barcas en plena cogorza; o se lanzaban a ella desde las orillas, para refrescarse -
- Debía ser bonito -
- Pintoresco - concede, encogiéndose de hombros - Alegre,... y muy popular, como ya he dicho. A Fortuna la podía visitar en su casa todo el mundo -
- Supongo que te estás refiriendo a las restricciones de acceso que existían en determinados cultos y templos -
- Exactamente, querida. Veo que eres rápida. Había cultos a los que no podían asistir las mujeres, los extranjeros y los esclavos, ya fueran familiares o prisioneros de guerra. A otros, aunque muchos menos, los que no podíamos asistir éramos los hombres. Y también había restricciones respecto a animales y cosas, pero sería prolijo de referir -
- O sea, que ya te has cansado,... -
- ¡Humppff! - gruñe por lo bajo.
- ¿Por qué Fortuna recibía a todos, sin distinciones, ni restricciones? - le ataco de nuevo, antes de que se busque una excusa.
- Pregunta no pertinente - sonríe con suficiencia - Fortuna no distingue entre géneros, órdenes sociales o ciudad de origen. Es, como la muerte, para todos; y entre todos reparte sus atenciones de forma aleatoria: unas veces nos sonríe, y otras, nos da la espalda. Por eso cualquiera puede ir a hacerle ofrendas cuando la quiera propicia, y todos pueden participar del festival de hoy,... A estas horas, ya habrá cientos de alegres borrachines desperdigados por las riberas, entre el templo y la ciudad, buscando casi a cuatro patas el camino de vuelta a sus casas. Y puede que a más de uno lo hayan tenido que pescar del río, como si fuera una carpa -
GLOSARIO
Fors Fortuna - Advocación de Fortuna. Fors significa azar, suerte o fortuna, de forma que se trataría de la advocación de la diosa como, literalmente, patrona del azar y la suerte.
Tiqué - Diosa griega de la suerte y la fortuna.
Vía Portuensis - Vía que comunicaba Roma con el puerto y discurría en paralelo al río Tíber.
Transtiber - Zona de la ciudad situada en la orilla del Tíber opuesta al "casco histórico" de Roma, ocupada por huertos y barrios populares en los tiempos de nuestras novelas. Actualmente, el Trastévere.
Para ilustrar la entrada, un fragmento de una pintura al fresco romana en la que se puede ver un paisaje de ribera, con edificios en la orilla y personas en una barca. No se trata ni de Roma, ni de un festival, pero puede servir para refrescar un poco el ambiente de esta página.
No hay comentarios:
Publicar un comentario