Jardín con fuente y tórtolas (Pompeya, Italia) |
LA ENTRADA NÚMERO
CIEN
Sí, queridos lectoras
y lectores, la entrada de hoy es la número 100 de nuestro blog.
De ahí el título, que
a algunos os habrá parecido poco menos que “jeroglífico”, pero es que, en los
tiempos de nuestras novelas, los números no se representaban tal como hoy. Eso
sería un avance medieval. En la Antigüedad Romana, se representaban mediante
letras, o combinaciones de letras. La letra C equivalía al número 100. Así que
hoy estamos en la entrada centum, que
dirían ellos.
Por eso hoy vamos a
celebrar este pequeño gran logro de nuestro blog, agradeciéndoos a todos,
viváis en el país que viváis, que nos sigáis en el entorno digital, desde el
día en que mis personajes y yo decidimos
comenzar esta andadura.
No les veis, pero os
aseguro que todos están aquí, saludándoos, contentos de tener esta peculiar
posibilidad de dar a conocer sus andanzas a sus descendientes, y al resto del
mundo. Un mundo que ellos no llegaron a conocer como nosotros, pero al que
querían tanto o más. Un mundo que, sin ellos, nunca hubiera sido lo que es hoy,
pues la herencia que nos legaron es el haz de fuertes hilos sobre los que se
fue tejiendo la posteridad.
Y nos dejaron el
listón bien alto, pues, con muchísimos menos medios técnicos que nosotros,
superaron retos y hallaron soluciones que aún hoy nos asombran. ¿Cuántas veces
no se oye, o no se lee por ahí, algo como “hay que ver lo adelantados que
estaban los romanos”? Pues no, no estaban adelantados para su época. Estaban
exactamente en su momento. Quizás hayamos sido todos los que les heredamos los
que no fuimos capaces de seguir su ritmo, o de avanzar como ellos, hasta hace
muy poco tiempo.
Para acabar por hoy,
vamos a brindar con todos vosotros, con un buen vino:
- A ver, queridos
personajes, ¿queréis decirles algo a los herederos? –
- ¡¡¡Valor y mucha
suerte!!! –
Todos levantan sus
copas a la par y gritan al unísono, aunque ya les he explicado que, por mucho
que levanten la voz, vosotros sólo percibiréis lo que yo escriba en la “caja
bizarra”.
Para ilustrar esta
breve y especial entrada, os traigo este bello motivo de una pintura mural de
Pompeya (Nápoles, Italia), en el que se ve una fuente con surtidor y unas
tórtolas, entre frutales y flores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario