martes, 19 de abril de 2016

LAS CEREALIA


Alegoría de Ceres (Jerez de la Frontera, España)
Cerealia o Ludi Cereales

Las fiestas en honor a la diosa Ceres comenzaban el 12 de Abril (Aprilis), y terminaban tal día como hoy, 19, con una procesión.

- ¡Ay!, hija, que se nos ha aguado la sal de la fiesta,... - Prisca, vestida con sus mejores galas, entra, quejándose - Que nos ha llovido y se nos ha deslucido la procesión. ¡Qué pena! Todo el año esperando para estrenar esta palla nueva, y sólo me ha servido para cubrirme la cabeza mientras volvíamos corriendo a refugiarnos en los soportales de las casas,...Allí los más animosos, que hay gente para todo, quisieron echar los frutos secos, pero la cosa no tuvo gracia ninguna; algunos hasta se molestaron cuando les cayeron las nueces y las castañas pilongas encima, y llegaron a las manos con los resalaos,... Toma, aquí te dejo las nueces que iba a tirar yo -

La diosa Ceres, otra de las divinidades agrícolas por excelencia del extenso panteón romano, compartía funciones y características con otras divas de la Península Itálica, principalmente de la Campania; así como con la diosa griega Deméter, que era venerada en las ciudades griegas del sur de Italia, y con la que acabó asimilándose con el paso de los siglos. Esta asimilación fue tan importante que las sacerdotisas que atendían los cultos de su templo en Roma procedían siempre de alguna ciudad griega, como Neapolis (Nápoles), y el templo mismo había sido construido conforme a los cánones arquitectónicos griegos.
En las festividades en que se celebraba a Ceres como la diosa de la agricultura cerealista, no se le ofrecían sacrificios cruentos, sino miel o leche, y se le hacían agasajos quemando incienso en su honor y encendiendo hachones y otras luminarias. Su templo estaba situado en un barrio popular, de forma que los plebeyos tenían en gran aprecio a esta diosa y la consideraban particularmente "suya", quizás, entre otras cosas, porque el templo era la sede desde la que los magistrados repartían el trigo, la harina o el pan a la plebe en las épocas de escasez. En la ciudad, la procesión con la que terminaban las Cerealia iba del templo al Circo Máximo, donde se celebraban carreras de caballos (de ahí lo de ludi Cerealis, o juegos de Ceres), y la gente solía tirarse frutos secos y pastelillos, en una expresión de deseos de abundancia. En el campo, la procesión recorría las parcelas donde se cultivaban el trigo y otros cereales, para propiciar el crecimiento sano y vigoroso de las espigas y una cosecha abundante.

- Y también nos tiramos los frutos secos - insiste Prisca - Aquí, como no estamos en Roma, pues vamos en procesión a los trigales,... si no llueve. Porque este año nos hemos tenido que volver antes incluso de cruzar las puertas de la ciudad,... ¡Que pena!,... todo el año esperando, para volvernos a casa empapados,... y a hacer rogativas para no pillar un catarro,... ¿Tienes algo para cascar nueces, hijita? -

La imagen con la que ilustramos la entrada de hoy es un detalle de una fotografía que ya hemos visto en días anteriores, una alegoría de Ceres, moderna, que se encuentra en Jerez de la Frontera (Cádiz, España). A Ceres, como a su paralelo griego Deméter, se las solía representar como matronas, coronadas con espigas, y/o llevando un haz de espigas en los brazos.

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