Roma al amanecer (Gina G., para National Geographic, 2015) |
El día 11 de Junio se celebraban en Roma las fiestas conocidas como Matralia, para honrar a la diosa Matuta. Ésta era una antiquísima divinidad que respondía a la personificación y elevación a los altares de la aurora, común a diversos pueblos con religiones de origen indoeuropeo.
A Matuta se la conocía comunmente como Mater Matuta, con lo que, de alguna forma, también hay que considerarla dentro de la nómina de diosas-madre romanas. Su origen en el fenómeno que da la luz al día, hizo que, al menos en parte, su culto se vinculara a los partos felices, y, para estas circunstancias, llegó a confundirse con una de las advocaciones de Juno, Lucina. Así, a la gran diosa, titular del mes de Junio, también se la adoraba a veces como Iuno Matuta, en su papel de protectora de parturientas y facilitadora de buenos partos. Por ello, las devotas de ambas eran las madres. Pero no cualquier matrona, puesto que, para participar en los ritos que se celebraban en el templo de Matuta, las asistentes tenían que cumplir determinados requisitos. Básicamente, estar casadas y ser madres; pero ni las viudas ni las divorciadas podían participar del ritual, aunque hubieran vuelto a casarse, ya que, según la tradición, la bona matre era la matrona univira, que sólo tenía o había tenido un esposo.
Uno de los ritos consistía en que una reunión de devotas matronas se hacía acompañar al templo por una esclava, que, dada su compañía, podía acceder al lugar sagrado, donde habitualmente tenía vedada la entrada. Una vez dentro, las matronas abofeteaban a la sierva y la expulsaban de malas maneras del lugar. Este ritual lo explicaban los mitógrafos antiguos poniéndolo en relación con el mito griego de Ino, a la que se había acabado encontrando afinididad y asimilando con Matuta, y que consideraba que la diosa odiaba a las esclavas, en general, porque una de sus siervas había seducido a su marido. Ésta era explicación muy animada, porque la historia de Ino y su familia resultaba de lo más rocambolesca, cargada de dramatismo y muy propicia como argumento de tragedias y poemas; pero no coincidía con el origen real del mito. Según los especialistas, el ritual tiene su origen en la representación del mito, en el que la Aurora rechaza cada jornada a la oscuridad y a todo lo negativo que ésta oculta en las sombras nocturnas, para dejar paso a la luz del día, reinstaurando el orden cósmico. Así, las matronas, representan a la luz, que se enfrenta a la oscuridad, representada a su vez por la esclava, y la rechaza, expulsándola del templo, que, en la fecha señalada, se convierte en trasunto del mundo. De esa forma, las matronas representarían también el orden cósmico, reflejado en el orden social, y la esclava, cualquier posible elemento perturbador del mismo. A partir de ahí, se ha dicho que esto reflejaba de igual manera la carga de negatividad y de consideración anti-social que se atribuía en la Antigüedad a la esclavitud, situándola fuera del ordenamiento de la sociedad. No obstante, me parece más probable que la tradición, - que una esclava representara a las fuerzas negativas de la oscuridad -, se debiera al hecho de que ninguna matrona estuviera dispuesta a rebajar su dignidad hasta permitir ser abofeteada y ninguneada en público, sólo para hacer el papel de "malvada" en la representación ritual.
La otra parte de los ritos del día, mucho menos agresiva, era la petición de gracia y protección para los niños, y la ofrenda de pastelillos a Matuta. Pero, frente a lo que podría esperarse, las matronas no llevaban a sus hijos pequeños ante la diosa, sino a sus sobrinos, hijos de sus hermanas y hermanos, de forma que la celebración acababa en lo que podríamos llamar "el día de las tías". La tradición debió arrancar también de la representación del arcaico mito original, en el que la Aurora es la segunda madre del Sol, lo que, traducido a la mentalidad romana, la convierte en su tía materna. Y la tía materna (matertera) era un miembro de relevancia fundamental en la organización familiar romana, ya que, en caso de morir la madre de una criatura, ya fuera su hermana o su cuñada, ella era la encargada de que no le faltaran ni los cuidados, ni la atención ni el cariño necesarios; al igual que éstas lo harían con sus hijos en caso contrario, creando, en tiempos de alta mortalidad general, una red de seguridad para la infancia, de forma que, en caso de necesidad, las tías podían representar a la figura materna que todo niño pequeño necesita, tutelando a sus sobrinitos.
En cuanto a los pastelillos que las matronas llevaban como ofrenda a Matuta, seguían la línea de los ofrecidos a Vesta en las nonas, y se trataba de bollos confeccionados a la manera tradicional, conforme a las recetas más antiguas, que se llamaban testuatia. El nombre, según los propios autores latinos, venía dado porque no se cocían en el horno, sino en un recipiente de arcilla colocado sobre las brasas del hogar. Como ninguno de nuestros personajes quiere viajar al Presente en días no favorables para los desplazamientos, - aunque algunos se han excusado alegando múltiples ocupaciones -, tendremos que esperar a que pasen los idus para ver si Prisca nos hace una visita y nos da la receta.
GLOSARIO
Mater Matuta - Denominación de la diosa Matuta, la aurora.
Iuno Lucina - Advocación de la diosa Juno, en su faceta de facilitadora de los partos y protectora de parturientas y neonatos.
Bona matre - Literalmente, buena madre. La perfecta matrona: mujer casada y con hijos.
Univira - Mujer que sólo se ha casado una vez (literalmente, "de hombre único").
Ino - En la mitología griega, hija de Cadmo, el príncipe hermano de Europa (sí, mitómanos, la raptada por Zeus transmutado en toro, a la que buscó en vano el pobre muchacho, como ya os contamos en otra ocasión) y Harmonía, hija del dios Ares.
Matertera - Tía materna.
Testuatium - (plural, testuatia) Bollo antiguo, cocido, en recipiente de cerámica, sobre brasas.
Para ilustrar la entrada, hoy os traigo una preciosa fotografía del amanecer sobre el centro histórico de Roma, obra de Gina G., para National Geographic Society. Aprovecho que ninguno de mis personajes anda por aquí, porque se que las ruinas, que a nosotros nos encantan, a ellos les producen una gran tristeza. "¡¡¡El Foro en pedazos!!!", exclamó uno de los oficiales, sin dar crédito a sus ojos, cuando vio unas postales de Roma que les enseñé hace tiempo. Después de ver el efecto que hicieron en su ánimo, he procurado tener mucho cuidado con las fotografías de monumentos.
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