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lunes, 24 de diciembre de 2018
ESPÍRITU NAVIDEÑO
Figuritas de "romanos" para belenes (visto en Sevilla, España) |
El espíritu navideño lo invade todo, como miríadas de leds multicolores adornan las calles de pueblos y ciudades. Las ferias y mercadillos se adueñan de plazas y aceras, y lo envuelven todo en un aire festivo y acogedor, que atrae a los viandantes y los contagia...
- Demasiado los atrae, y vienen como moscas a la miel, diría yo - gruñe el tribuno Galo.
- ¿Qué te pasa, tribuno? - le pregunta el centurión Silvano cortésmente, aunque sin mucho interés real.
- Que nos se puede andar por las calles de la ciudad... Hay tal gentío que ni los líctores de un magistrado podrían abrir paso... Me han pisado catorce veces en menos de cincuenta pasos - se queja el tribuno.
- Quién te manda a ir de excursión por el futuro - le dice el aquilifer, Prisco Unojo, que juega parsimoniosamente a los dados con el centurión Casca.
- ¡TODOS estamos ahora mismo en el futuro! - recalca el tribuno.
- Sí, pero aquí, en casa de Flaquilla, estamos calentitos y cómodos, y a ella es a la única de nuestros descendientes a la que tenemos que aguantar - le replica el primipilo Cornificio.
- ¡Vaya!, ¡gracias! - les digo. Como veo que no me hacen el más mínimo caso, cambio de tema: - Mirad, queridos, mirad qué favorecidos os han sacado en esta foto -
Las fotografías les encantan, así que todos vienen en tropel a mirar en la pantalla de ordenador.
- ¡¿Eh?! ¿Nosotros, dices, Flaquilla?
- ¿De dónde ha salido "eso"?
- Los vi en la feria de belenes que ponen todos los años en Sevilla. Me recordaron a vosotros y los fotografié.
- ¡¿A nosotros?!
Estallan en una carcajada general.
- Eso no se lo cree nadie ni harto de vino - dice, entre risas, el centurión Canuleyo.
- Bueno, no seáis tan duros con los artesanos belenistas. Sus figuritas y miniaturas suelen tener ese encanto inocente de interpretar el pasado...
- A su aire... - dice el centurión Quadrato con una risotada.
- Que no, Flaquilla, que no insistas, que no han dado una a derechas - me dice Cornificio.
- Ni en broma - apostilla el centurión Silvano, también entre risas.
- De acuerdo - concedo - Pero pasan por "romanos".
- Será por romanos disfrazados malamente de hoplitas griegos, para ir de parranda en Saturnales - dice Cornificio.
Como esta noche es Nochebuena, tengamos la fiesta en paz,... ¿no os parece queridos lectores?. Mis personajes y yo os deseamos una muy feliz Navidad, llena de paz, armonía y bienestar.
- A ver, queridos, ¿quién se viene a la cocina a ayudarme a preparar la cena?
- Espera a que llegue Plácido, que fue por el pescado.
- Sí, pero mientras viene, habrá que ir cortando las habichuelas y pelando las patatas.
- ¿Qué son "las patatas"? - pregunta Canuleyo.
- Ya te lo conté, hermano - le explica Sereno - Son una especie de nabos que nuestros descendientes se trajeron de ese nuevo mundo que llamaron América. Se pelan igual y se cocinan de forma parecida.
- ¿Y están buenas?
- A ellos les gustan mucho.
- Probaremos, pues.
GLOSARIO
Hoplita - soldado de infantería pesada de la antigua Grecia. Una "antigüedad" en los tiempos en los que vivieron mis personajes.
lunes, 17 de diciembre de 2018
SATURNALIA 2018
Plaza de las Flores, Cádiz, España |
- ¿Quién nos lo iba a decir a nosotros?, ¿eh, contubernales? - pregunta el centurión Silvano - ¿Quién se podía imaginar que pasados dos mil años iba a estar el mundo como está?
-¿Eso es lo único que se os ocurre? - se extraña Galo - El monumento a un prócer de nuestra época junto con esos adornos que ilumina la "electricidad", y no se os ocurre decir otra cosa...
- ¡¡¡Io, Saturnalia!!!- vociferan a coro varios de los centuriones, que están en mi cocina, bebiendo vino dulce, mientras Plácido prepara la cena.
- No te comas las aceitunas de los entremeses, Primitivo - le regaña Plácido.
- No te pongas pesado con tus cosas de filósofo, Sanidad, que hoy es festivo - le dice Cornificio, pasando por su lado para ir a la cocina a por una copita de vino - ¡Plácido! ¿Cuándo se cena en esta casa?
- Somos unos impresentables - dice el aquilifer, Prisco Unojo - No le hemos dado ningún presente a nuestra amiga Flaquilla, hermanos.
- Los traía Quadrato - le dice Martino, encogiéndose de hombros y yendo hacia la cocina - Ponme una copita a mí también, Silvano.
- Ya llego, hermanos - dice el centurión Quadrato, que entra en el salón cargado con un fardo - A ver - lo deja en el suelo, lo abre y empieza a sacar: - Guirnaldas, coronas de hiedra, muñequitos para los niños, velas para Flaquilla y los frutos secos para el postre.
- Aquí no hay niños - dice Casca, riendo entre dientes - Te has vuelto a equivocar de casa, Quadrato.
Quadrato se encoge de hombros y sigue poniendo velas y más velas sobre la mesa. - ¿Me pasa alguno un yesquero?
Le acerco una caja de cerillas: - Con esto acabarás antes de encenderlas - le digo.
- ¡La modernidad! - me dice, sonriendo mientras enciende una cerilla y va prendiendo las velas.
- ¡¡¡A cenar!!! - vocifera Plácido, cantarín, desde la cocina.
- Espera, leches, que no me ha dado tiempo de encender las velas para nuestra anfitriona, ni a poner las guirnaldas.
- Te ayudo - se ofrece Sereno, cogiendo una guirnalda y tratando de desenrollarla sin que se le caigan las flores.
- ¡Io, Saturnalia! - canturrea Martino, festivo, colocando coronas de hiedra a unos y otros sobre la cabeza.
- ¿Cuántas copas te has tomado antes de venir, contubernal? - le pregunta Sereno, levantando una ceja.
- ¿Qué más da? - ríe Martino, jugueteando con la corona, que se quita y se pone en la cabeza - ¡¡Saturnalia!!
Hoy, amigos y lectores, 17 de diciembre, en los tiempos en que vivieron nuestros personajes, se celebraban las fiestas de Saturnalia, algunas de cuyas tradiciones, cenar en familia o con amigos, intercambiar regalos, dar juguetes a los niños, encender velas o adornar las casas, se siguen manteniendo hasta hoy, asimiladas e integradas en las costumbres cristianas de las celebraciones de Adviento y Navidad.
Os dejamos un pequeño obsequio, propio de esta época del calendario: un bonito vídeo, que nos ha remitido un amigo, elaborado para un concurso fotográfico sobre caballos. En él podréis ver muchos preciosos caballos de pura raza española... Aunque, ojo, no todos los caballos que aparecen en el vídeo son caballos españoles. ¿Os atrevéis a decir a qué razas equinas pertenecen? Podéis ponerlo en los comentarios, o enviar vuestras respuestas a través del formulario de contacto (sí, ése que está a la derecha de la pantalla).
jueves, 1 de noviembre de 2018
VISPERA DEL DÍA DE TODOS LOS DIFUNTOS
Mosaico romano. Esqueleto con dos askoi. |
Es una fiesta cristiana, que, a su vez, en lo relativo a los Difuntos, recoge una tradición anterior, común no sólo a nuestros antepasados romanos, sino también a otros antiguos parientes, como griegos y celtas. Cada antiguo pueblo, según sus propias costumbres, y en fechas diversas, celebraban rituales en memoria de los fallecidos, familiares o no.
- Otro año más en el que recordamos a nuestros descendientes que, en nuestra época, conmemorábamos a familiares fallecidos, antepasados y difuntos en general en los meses de febrero y mayo, en las festividades Parentalia y Lemuria - dice el tribuno Galo.
- ¿Y esto va a ser así todos los años? - pregunta el primipilo Cornificio levantando una ceja.
- Me temo que sí - dice Sereno, nuestro narrador - Nuestros descendientes tienen una memoria muy flaca.
- Je, je - ríe el legionario Capito, señalando la imagen que ilustra esta entrada - Más flaca que ése...
[Con un recuerdo emocionado para todos los que ya no están]
Urnas cinerarias. Museo Arqueológico de Córdoba (España) |
Queridos lectores:
Podéis ver lo que escribimos sobre las Parentalia y las Lemuria en otras ocasiones, buscándolo en el archivo del blog.
GLOSARIO
Askoi - Plural de askos, nombre griego de una vasija para servir bebidas, usualmente, vino.
Urnas cinerarias - Contenedores de materiales diversos (vidrio, cerámica, plomo, mármol u otras piedras), utilizados para depositar las cenizas de los difuntos tras su incineración. La incineración fue uno de los rituales para disponer de los restos mortales de los difuntos seguidos durante la época romana. Fue el más utilizado hasta que la expansión del cristianismo acabó por extender y generalizar el ritual de la inhumación.
martes, 25 de septiembre de 2018
VOLVEMOS A GALOPAR
Queridos lectores:
Un año más, la Biblioteca Municipal de Montequinto participa en la Feria del Libro y Mercado de Artesanía que abre las actividades culturales de la temporada en la bonita localidad sevillana de Dos Hermanas.
Ya van por la 23ª edición, todo un logro. Y ésta es la segunda a la que nos invitan, a mis personajes y a mí, a unirnos a su iniciativa de promoción de la lectura entre todos los públicos. ¡No faltaremos!.
- ¡Mírala! ¡Ya está hablando ella sin contar con nosotros! - protesta el centurión Silvano.
- No hay manera - cabecea reprobador el primipilo Cornificio - No hay manera de que le entre en la cabeza que movilizar a una legión no es cosa de chasquear los dedos... ¡Estos modernos! - añade con un gruñido.
- ¿Qué sucede, mis águilas? - les pregunta el tribuno Galo, entrando un poco después que ellos en mi salón - ¿Qué os hace refunfuñar?
Los dos centuriones bufan y se cruzan de brazos, enojados.
- Que estoy comentando a nuestros lectores que vamos a volver a participar en la Feria del Libro de Montequinto...
- Me gusta ese nombre - divaga el tribuno - ¿Dónde está el problema, queridos centuriones?
- ¡¡¡Otro!!! - dice Cornificio, poniendo cara de no dar crédito a lo que oye - ¡Me cago en to lo que se menea! ¡Tribuno! ¡Por todos los dioses!
- A los dioses me los vais dejando en paz, que no dan abasto a atender a tanta petitoria - dice el aquilifer, Prisco Unojo, entrando en el salón - Digo yo que serán cosas que podremos solucionar nosotros solos.
- Ésta nos ha vuelto a apuntar a uno de sus saraos - le dije Silvano.
- ¡Cojones de Marte divino! ¿Y a dónde vamos ahora?
- Al quinto monte - dice Cornificio.
- ¿Todos?
- Sí, Prisco, toda la legión en danza otra vez.
- ¡Me vuelvo ahora mismo a los cuarteles a ofrecerle unos panes y una jarrilla de vino a Marte Custos!... Que falta nos va a hacer su intercesión - añade Prisco mientras vuelve corriendo al pasado.
- ¿Por qué tanto revuelo? - pregunta el tribuno Galo, tumbándose en el sofá a picotear las pastas de té que les había puesto en una bandejita.
- ¡Tribunos como éste son los que nos llevarán a todas las victorias! - exclama Cornificio, mirando al techo.
- No me gusta esa ironía - le recrimina el tribuno.
- Pues es lo que hay, matasanos... ¿Cómo es que no reparas en lo que significa poner en marcha a la legión?...¡No, claro que no reparas! - se contesta el mismo Cornificio - Tú sólo entiendes de pócimas, hierbajos y cataplasmas...
- Materia médica - le interrumpe el tribuno, levantando el índice, mientras se lleva una pasta a la boca con la otra mano.
- Pues más materia militar, y sabrías por qué me llevan las Furias cada vez que tengo que romperme los cuernos para organizar el desplazamiento de la legión a cada uno de los sitios a donde Flaquilla nos presenta.
Un año más, la Biblioteca Municipal de Montequinto participa en la Feria del Libro y Mercado de Artesanía que abre las actividades culturales de la temporada en la bonita localidad sevillana de Dos Hermanas.
Ya van por la 23ª edición, todo un logro. Y ésta es la segunda a la que nos invitan, a mis personajes y a mí, a unirnos a su iniciativa de promoción de la lectura entre todos los públicos. ¡No faltaremos!.
- ¡Mírala! ¡Ya está hablando ella sin contar con nosotros! - protesta el centurión Silvano.
- No hay manera - cabecea reprobador el primipilo Cornificio - No hay manera de que le entre en la cabeza que movilizar a una legión no es cosa de chasquear los dedos... ¡Estos modernos! - añade con un gruñido.
- ¿Qué sucede, mis águilas? - les pregunta el tribuno Galo, entrando un poco después que ellos en mi salón - ¿Qué os hace refunfuñar?
Los dos centuriones bufan y se cruzan de brazos, enojados.
- Que estoy comentando a nuestros lectores que vamos a volver a participar en la Feria del Libro de Montequinto...
- Me gusta ese nombre - divaga el tribuno - ¿Dónde está el problema, queridos centuriones?
- ¡¡¡Otro!!! - dice Cornificio, poniendo cara de no dar crédito a lo que oye - ¡Me cago en to lo que se menea! ¡Tribuno! ¡Por todos los dioses!
- A los dioses me los vais dejando en paz, que no dan abasto a atender a tanta petitoria - dice el aquilifer, Prisco Unojo, entrando en el salón - Digo yo que serán cosas que podremos solucionar nosotros solos.
- Ésta nos ha vuelto a apuntar a uno de sus saraos - le dije Silvano.
- ¡Cojones de Marte divino! ¿Y a dónde vamos ahora?
- Al quinto monte - dice Cornificio.
- ¿Todos?
- Sí, Prisco, toda la legión en danza otra vez.
- ¡Me vuelvo ahora mismo a los cuarteles a ofrecerle unos panes y una jarrilla de vino a Marte Custos!... Que falta nos va a hacer su intercesión - añade Prisco mientras vuelve corriendo al pasado.
- ¿Por qué tanto revuelo? - pregunta el tribuno Galo, tumbándose en el sofá a picotear las pastas de té que les había puesto en una bandejita.
- ¡Tribunos como éste son los que nos llevarán a todas las victorias! - exclama Cornificio, mirando al techo.
- No me gusta esa ironía - le recrimina el tribuno.
- Pues es lo que hay, matasanos... ¿Cómo es que no reparas en lo que significa poner en marcha a la legión?...¡No, claro que no reparas! - se contesta el mismo Cornificio - Tú sólo entiendes de pócimas, hierbajos y cataplasmas...
- Materia médica - le interrumpe el tribuno, levantando el índice, mientras se lleva una pasta a la boca con la otra mano.
- Pues más materia militar, y sabrías por qué me llevan las Furias cada vez que tengo que romperme los cuernos para organizar el desplazamiento de la legión a cada uno de los sitios a donde Flaquilla nos presenta.
martes, 4 de septiembre de 2018
domingo, 2 de septiembre de 2018
CABALLOS DE VERANO
¡Salve!, queridos amigos y lectores. Este año la pausa veraniega en el blog ha sido larga, pero ya estamos de vuelta y, tanto mis personajes como yo, vamos a intentar escribir un ratito para vosotros en estas pantallas algo más a menudo.
- ¡Habla sólo por ti, guapa!... Que nosotros siempre estamos de servicio, y si no venimos de continuo al futuro es porque tú no nos convocas... Y este verano, cuando lo has hecho, ha sido para trabajar con Sereno en el siguiente volumen de sus comentarios - me regaña el primipilo Cornificio, secándose el sudor de la frente con el pañuelo de cuello reglamentario - ¡Qué calor hace, por Marte sacrosanto! - añade, dándose la vuelta para regresar al pasado.
- ¿No te quedas?
- No. Aquí hace tanto calor como en nuestros tiempos, así que me vuelvo a los cuarteles, a ver si llego a buena hora a los baños.
- Da recuerdos a todos los centuriones.
- De tu parte.
- Y al tribuno Galo también, por supuesto.
- ¿Ése?, ja, ja, ja... Casi no sale del agua. Hay días que incluso pasa consulta en los baños, ja, ja, ja... Y si Volturnus sigue dando por culo muchos días más este verano, el tribuno se va a arrugar tanto que va a parecer un garbanzo puesto en remojo.
GLOSARIO
Volturnus Era la personificación-divinización de uno de los vientos dominantes en el área mediterránea, que, al soplar en verano, solía elevar mucho las temperaturas en la ciudad de Roma, lo que creó una asociación de esta fuerza natural con el calor sofocante. Esta asociación se ha mantenido a través de los siglos y, - en la Península Ibérica y en el idioma español -, ha llegado hasta hoy en día en el término "bochorno", palabra que deriva directamente del nombre latino Volturnus.
Para ilustrar la entrada, en estos días en que el tiempo parece presidido por el mismísimo Volturnus, os dejo estas bonitas y refrescantes fotografías de caballos "de verano", que me han ido llegando a través de varias queridas lectoras. (Gracias a Estrella y Natalia Henares; y a Margot Villellas).
- ¡Habla sólo por ti, guapa!... Que nosotros siempre estamos de servicio, y si no venimos de continuo al futuro es porque tú no nos convocas... Y este verano, cuando lo has hecho, ha sido para trabajar con Sereno en el siguiente volumen de sus comentarios - me regaña el primipilo Cornificio, secándose el sudor de la frente con el pañuelo de cuello reglamentario - ¡Qué calor hace, por Marte sacrosanto! - añade, dándose la vuelta para regresar al pasado.
- ¿No te quedas?
- No. Aquí hace tanto calor como en nuestros tiempos, así que me vuelvo a los cuarteles, a ver si llego a buena hora a los baños.
- Da recuerdos a todos los centuriones.
- De tu parte.
- Y al tribuno Galo también, por supuesto.
- ¿Ése?, ja, ja, ja... Casi no sale del agua. Hay días que incluso pasa consulta en los baños, ja, ja, ja... Y si Volturnus sigue dando por culo muchos días más este verano, el tribuno se va a arrugar tanto que va a parecer un garbanzo puesto en remojo.
GLOSARIO
Volturnus Era la personificación-divinización de uno de los vientos dominantes en el área mediterránea, que, al soplar en verano, solía elevar mucho las temperaturas en la ciudad de Roma, lo que creó una asociación de esta fuerza natural con el calor sofocante. Esta asociación se ha mantenido a través de los siglos y, - en la Península Ibérica y en el idioma español -, ha llegado hasta hoy en día en el término "bochorno", palabra que deriva directamente del nombre latino Volturnus.
Para ilustrar la entrada, en estos días en que el tiempo parece presidido por el mismísimo Volturnus, os dejo estas bonitas y refrescantes fotografías de caballos "de verano", que me han ido llegando a través de varias queridas lectoras. (Gracias a Estrella y Natalia Henares; y a Margot Villellas).
viernes, 8 de junio de 2018
CABALLOS DE OCTUBRE EN EL ATENEO DE SEVILLA
Queridos lectores:
¡Allá vamos de nuevo! A galope tendido hacia la antigua Hispalis...
¡Allá vamos de nuevo! A galope tendido hacia la antigua Hispalis...
- Las legiones romanas somos infantería, así que, de "a
galope tendido", nada - me corrige el primipilo Cornificio.
- ¿Pero la vuestra no era la Legión Décima Montada?
- Lo que quedaba de ella... - explica Sereno.
- Y que fuéramos "la Montada" no quiere decir que
hubiéramos dejado de ser infantería - añade Cornificio.
- Infantería pesada - precisa el centurión Silvano.
- Eso hay que explicárselo mejor a los lectores, queridos.
- ¿Por qué rayos de Júpiter? - me pregunta Cornificio.
- Porque la mayoría de nuestros lectores no saben de qué se trata cuando habláis de infantería, y, por tanto, tampoco tienen idea de lo que era la infantería pesada de vuestros tiempos.
- ¡Dioses olímpicos! ¡¿Qué habremos hecho para merecer estos
descendientes?! - Silvano clama al cielo.
- Pues de todo, imagino - le responde Cornificio con una sonrisa torcida.
Quedamos emplazados para escribir una entrada en la que os contaremos todos esos detalles, lectores y amigos. De momento, aquí está la tarjeta-invitación para el evento
literario que ha preparado el Excmo. Ateneo de Sevilla, que tendrá lugar en su
sede, el próximo día 13 de junio. Estáis, pues, todos invitados.
- Eso es para los idus... ¡Ni una nundina falta! - exclama Sereno.
- ¡¿Y a qué rayos de Júpiter tonante estamos esperando?! - gruñe Cornificio.
- El tribuno no ha firmado la orden de desplazamiento - dice Silvano, encogiéndose de hombros.
- ¡¡La madre que lo parió!! - ruge Cornificio.
- Es que dice que está esperando a que los augurios sean favorables - explica Silvano.
- ¡Pues ya podemos esperar sentados!
- No refunfuñes tanto, hermano mayor... Podemos decirle a Prisco que le diga que ha visto un rayo magnífico por el lado bueno y que tenemos que aprovechar la ocasión y salir a toda marcha hacia Hispalis - sugiere Sereno.
- Ni se os ocurra intentar alterar los augurios - dice el aquilifer Prisco, apareciendo de repente en medio de mi salón.
- ¿Y qué si lo hacemos? - le pregunta Cornificio, retador.
- Pues mejor que no, porque eso trae muchísima mala suerte - responde Prisco con voz lúgubre.
- Pues entonces, a este paso, no llegamos - concluye Silvano con un suspiro de resignación.
- Prisco: - le ordena Cornificio - vuelve ahora mismo a los cuarteles y ponte a hacerle rogativas a Júpiter, que para eso es el titular de los idus, y, de camino, a toda divinidad que se menee, para que pongan a Fortuna a nuestro favor y que cambie los augurios... ¿A qué esperas?
- Voy, voy.
- Y nosotros, a pedirle a Marte que le dé un empujón al tribuno y lo desapoltrone... Y tú, bonita, no nos lo entretengas más, por lo que más quieras,... que si no, te quedas sin escolta para lo de Hispalis.
lunes, 14 de mayo de 2018
CITA LITERARIA
Escudo del Excmo. Ateneo de Sevilla (España)/T.Piquet/2018 |
Mis personajes y yo estamos encantados de comunicaros que el próximo día 13 de junio, miércoles, tenemos una cita literaria en una de las entidades culturales más veteranas y con más solera de Sevilla, el Excmo Ateneo.
La Docta Casa nos invita, nos abre sus puertas y nos acoge, en una tarde para la literatura, para hablar sobre "Caballos de octubre", sobre la novela histórica y sobre la época en la que transcurre la acción de la obra.
Ya os iremos facilitando más detalles, pero, de momento, podemos adelantaros que tendremos por presentador al Catedrático de Arqueología de la Universidad de Sevilla, el Dr. D. José Beltrán Fortes. Acostumbrado a las presentaciones de autores y libros, por compaginar su actividad docente con la dirección de la editorial universitaria (EUS), esta vez va a verse inmerso, junto con el público asistente, en el mundo novelesco y en esta peculiar visión sobre la época en la que vivieron mis personajes.
Aunque en los próximos días seguiremos informando y publicaremos las correspondientes invitaciones, apuntad ya la fecha en vuestras agendas y calendarios, porque os esperamos.
La Giralda (Sevilla, España)/T. Piquet/2018 |
- ¡Eia! Allá vamos otra vez, ¡por los cordones de las sandalias de Mercurio! -dice, en tono de protesta, el centurión Curcio.
- No te quejes tanto, hermano, que esta vez volvemos al sur, a la linda Hispalis - le dice el centurión Martino, el oficial más guapo de todas las Hispanias.
- Calla, zascandil, y ve liando el petate,... que no quiero que nos hagas esperar como de costumbre - le regaña el primipilo Cornificio.
- Entonces, ¿puedo darles a mis hombres la buena nueva de que nos vamos a pasar una temporadita en Hispalis? - le pregunta Martino, con un tono lisonjero.
- ¡Cobista! - le gruñe Cornificio - Les das la orden, y ojito con que se alegren demasiado y armen jaleo en los barracones.
Martino, exultante, sale corriendo hacia el pasado y, en su apresuramiento, tropieza con Sereno, que acaba de llegar.
- ¡Coño! ¡Martino! ¡Mira por dónde vas!
Martino sigue corriendo, despidiéndose de su amigo con un gesto que quiere ser, a la par, saludo, disculpa y explicación de su desbocada alegría.
- Ese pollo ya está haciendo cálculos de lo que va a ganar en las timbas de dados del puerto de Hispalis - dice Cornificio con una sonrisa torcida - Sereno, niño, ya sabes, a controlar a tu amiguete, para que no vuelva a meterse en líos como la última vez que estuvimos por allí.
Sereno levanta la mirada al techo y suspira con estoica resignación.
- ¿Podemos decirles a nuestros lectores que en la serie también hay episodios que tienen lugar en Sevilla, la antigua Hispalis? - le pregunto a nuestro personaje narrador.
- Puedes - me responde en su escueto estilo.
- Pero me temo que no me vas a dejar adelantarles nada...
- Supones bien. Tendrán que esperar a que pasemos al latín moderno mis comentarios correspondientes.
- Y será por riguroso orden de fecha, como mandan los cánones - añade Cornificio.
- ¿Hubo mucho trabajo en Hispalis?
- ¡Por Cástor y Pólux y toda su parentela! ¡Nosotros siempre teníamos mucho trabajo allá a donde nos destinaban! - ruge Cornificio.
- No te molestes... A lo que me refería es si o enfrentasteis a casos criminales fuera de lo común, además de a vuestro trabajo habitual.
- Pues sí - me responde Sereno en su lugar.
- ¡Sí, sí que los tuvimos!... y por esos dichosos "casos fuera de lo común" recorrimos las vías entre el norte y el sur demasiadas veces - relata Cornificio.
- Sembraditos dejamos esos caminos con las tachuelas de nuestras caligas,... con eso te lo digo todo, bonita - remata el centurión Canuleyo.
Las imágenes que ilustran esta entrada, el escudo heráldico del Excmo. Ateneo de Sevilla y una vista poco usual de la torre-campanario de la Catedral de Sevilla, la Giralda, son fotografías mías, tomadas este mismo año.
Por si alguien se lo pregunta, no, mis personajes nunca pudieron conocer la Giralda, que fue construida en la Edad Media, más de mil años después de que ellos estuvieran en Hispalis (que era el nombre antiguo de Sevilla).
domingo, 6 de mayo de 2018
SÉPTIMA LANZA
Pegaso (fragmento de mosaico romano) (T. Piquet/2017) |
Queridos lectores:
¡Ya tenemos "séptima lanza"! Hoy rompe una lanza por "Caballos de octubre" nuestro buen amigo José Ramírez. Aquí os dejo la reseña que nos ha enviado por correo electrónico:
<<He tardado mucho en escribir estas pocas líneas
para unirme al grupo del blog de Teresa Piquet porque el entusiasmo por un
trabajo no suele facilitar la escritura de una reseña ponderada, que en
definitiva es lo que puede interesar al lector. Sin embargo, creo que a estas
alturas puedo emitir un juicio más acertado de esta novela, que resulta en un
primer momento desconcertante por los diferentes géneros que toca, desde la
novela histórica a la novela negra o de intriga.
Caballos de octubre nos
conduce a la época en que las legiones romanas, en este caso la Décima,
avanzaban en la romanización de Hispania, durante el gobierno de Augusto. Sin
embargo, no se trata de una novela histórica al uso, sino de una muy buena
novela negra, en que las pesquisas de A.M. Sereno Celso para encontrar a los
responsables de varios asesinatos nos conducen a conocer la vida de una legión
romana acuartelada, y el avance en el proceso de romanización de Hispania
durante la época previa al comienzo de nuestra era.
Ésta es una novela que he regalado en varias
ocasiones, en alguna a personas con experiencia en la vida militar, y uno de
los aspectos que más les ha sorprendido es la precisión del relato de la vida
cotidiana en un cuartel, de la actividad en un recinto castrense. La
descripción de los momentos vacíos, del tedio de los soldados, que da paso a
períodos de actividad extrema, el respeto reverencial de los soldados por los
mandos que comparten sus penurias, la preocupación obsesiva de muchos de ellos
por las provisiones y los vinos que pudieran disfrutar…todo ello parece el
resultado tanto del cotejo de muchas obras clásicas en que se describen los
ejércitos romanos (Julio César, Tito Livio, Polibio, Apiano…) como del
conocimiento del período histórico tratado a través de su cultura material y
posiblemente del trato con personas con experiencia militar.
El conocimiento histórico exacto del período
que describe no nos conduce, por otro lado, a aburridas interpolaciones que
pudieran ahuyentar al lector, sino a la reconstrucción, a través de montones de
detalles, de una época histórica crucial para la península Ibérica.
El personaje creado por la autora, el centurión
A.M. Sereno Celso, tiene muchas virtudes para convertirse en una referencia de
la novela de intriga. Su capacidad de observación, su cínica, pero no
encanallada forma de tratar con sus compañeros y con sus superiores, la
combinación de detalladas investigaciones con momentos de combate muy intensos…augura
nuevas entregas muy interesantes.
La importancia del cuidado de los caballos ha
sido siempre vital para los ejércitos que han combatido en España, de hecho es
una de las razones por las que las maestranzas de caballería estuvieron hasta
bien entrado el siglo XIX comprando caballos -muchos en Marruecos- y cuidándolos
con sumo cuidado. La corrupción en la administración de un bien tan preciado estuvo
muy presente en aquella época, como podemos observar en la novela.
La traducción al inglés marcha por buen camino,
y espero que en un año el público inglés y norteamericano pueda tener y
disfrutar de esta obra.>>
José Ramírez del Río es Profesor en la Facultad de Filología de la Universidad de Córdoba (España), donde se está traduciendo "Caballos de octubre" al inglés. Y fue él quien tuvo la amabilidad de presentarnos ante el público cordobés, cuando hicimos la presentación de la novela en la Biblioteca Viva de Al-Andalus, como se puede leer en la crónica que publicamos aquí en el blog.
Y a Córdoba te enviamos nuestra lanza con cariño y agradecimiento, estimado Pepe.
Templo romano de Córdoba (España) (T.Piquet/2017) |
- Córdoba es Corduba, supongo, queridita - me dice el tribuno Galo, que entra desde el jardín, cargado de ramitas y hojas - Que sepas que los mirlos tienen ya otra nueva nidada... Voy a dar orden de que te vuelvan a cubrir las tinajas, para que no se te ahoguen en ellas los pollitos cuando salten del nido dentro de unos días...
- Sí, es Corduba, la antigua capital de la provincia romana de la Hispania Ulterior. ¿Vosotros también estuvisteis allí?
- Pregúntanos mejor dónde no estuvimos, y acabaremos antes - me responde el primipilo Cornificio.
- Los lectores ya se van dando cuenta de que no os gusta mucho charlar...
- Hablar, lo justo y lo preciso - dice Cornificio.
- Y yo, - añade nuestro narrador, Sereno -, prefiero ponerlo por escrito.
- Pues no me dais mucho juego que digamos para el blog, queridos.
Los dos se encojen de hombros, mientras que el más hablador, el tribuno Galo, hace rato que ha dejado de hacernos caso, absorto en clasificar las plantas que ha recogido en el jardín.
- ¿Tuvísteis algún crimen que resolver en Corduba?
- Tuvimos - responde, lacónico, Sereno.
- Tuvimos, tuvimos,... - Cornificio cabecea, echando miradas de reprobación a Sereno - Yo sí que tuve que emplearme a fondo para meter a esta caterva de descontrolados en cintura.
- ¿Qué pasó?
- De todo.
- ¡Menuda explicación, querido! ¿No podrías ser algo más explícito?, ¿o darnos algunos detalles?
- No y no.
- ¿Secreto de sumario?
- Algo similar,... y tú, - añade, echando una dura mirada a Sereno - ni se te ocurra abrir la boca. Ya bastante escribiste en aquellos días, jodío... ¡Y menuda nos cayó encima de resultas!
Sereno se mantiene en silencio y baja la mirada.
Lo intento de otra forma, recurriendo al tribuno:
- Y tú, Galo, ¿no podrías contarnos a los lectores y a mí algo sobre lo que pasó en Corduba?
- ¡Muy bonito! - me gruñe Cornificio - Como no consigues lo que quieres de nosotros, subes peldaños en el escalafón.
- ¿Galo?
- Os he estado escuchando. Que esté muy atento a clasificar las plantas, para ir conociendo las del Nuevo Mundo que se han adaptado a nuestros climas, no quiere decir que me haya quedado sordo.
- ¿Podrías, entonces, contarnos algo de lo que os sucedió en Corduba?
- Podría... Nuevo Mundo, Viejo Mundo, Nuevo Mundo, Nuevo Mundo, Viejo Mundo - enumera, mientras va colocando las diferentes hojas en dos montoncillos.
- ¿Y bien?
- Podría, bien cierto es, si fuera alguno de vosotros tan amable de decirme a qué año he de remontar mi memoria, pues fueron varias las ocasiones, en años distintos, en las que nuestro deber nos llevó a la simpar ciudad del Betis, donde tuvimos que afrontar complejas circunstancias que pusieron a prueba nuestra prudencia, nuestro valor, nuestra inteligencia e incluso nuestra paciencia.
- Acabo de llegar y ya me he perdido - suspira, con resignación, el centurión Curcio.
- Aquí, su autoridad, que quiere que le recordemos en qué años estuvimos de servicio en Corduba - le aclara Cornificio.
- ¿Y para eso tanto discurso? - resopla Curcio - Pues a ver... La primera vez fue a poco de jubilarse Gladiolo y...
- No, hermano, no; Gladiolo no se había jubilado todavía - le dice Cornificio.
- Que sí... ¿No te acuerdas ya de la que montamos en su despedida? - se ríe Curcio.
- ¡Sí, joder! ¡Despedidas como aquélla, pocas!
- Pues el día antes nos había llegado de Corduba la orden para enviar al destacamento.
- ¡Qué va!
- Te estás haciendo viejo, hermano mayor, y ya no te acuerdas. Fue por lo de la despedida de Gladiolo por lo que pusimos a éste - señala a Sereno -, que era el más nuevo, al frente del destacamento que iba a Corduba, prestar servicio en la pretura.
- Que no.
- No te encabezones, que sí, que todos los viejos nos queríamos quedar en Cecilia para celebrar la despedida del contubernal... Y largamos a los niños a los servicios fuera: a éste, a Corduba; al guapito de su amigo Martino, a fortines; y al otro, a la guardia del puente.
- Que te digo que no,... que eso fue así, pero el año antes... El que se está haciendo viejo eres tú, hermano Curcio.
- A los dos os falla la memoria, hermanos mayores - les dice Sereno -; aunque ambos tenéis parte de razón: Gladiolo se jubiló por entonces, pero el año después de nuestro primer caso en Corduba... Y, efectivamente, a los tres centuriones más jóvenes nos tocó hacernos cargo de los servicios fuera de Cecilia... Y a mí, volvió a tocarme Corduba.
- ¡Sí, por las sandalias de Mercurio, qué tienes razón, hermanito! - exclama Cornificio - ¡Qué los dioses te conserven esa jodía buena memoria!
- ¿Y por qué, después de la que se lió la primera vez, volvimos a mandarte a ti a Corduba? - se pregunta Curcio.
- ¿Porque ya no nos acordábamos? - le pregunta Cornificio con socarronería.
- Porque nadie quería ir, y yo me presenté voluntario - responde Sereno.
- ¿Tan mal estaba la cosa? - pregunta Curcio.
- Peor, hermano, peor - responde Cornificio, arrugando el ceño mientras recuerda los hechos.
- ¿Nos podéis contar algo? - les pido, mientras saco café, vino dulce y pastas.
El repentino silencio me hace temer que se hayan marchado sin despedirse, pero, cuando me asomo por la puerta de la cocina, siguen allí. Todos con el ceño fruncido, incluso el tribuno Galo, que ha dejado de contabilizar las hojas del jardín.
- ¿Y bien?
- Vas a tener que esperar a que toque verter al latín moderno los comentarios del informe de Sereno - me dice el tribuno, muy serio - Y, ahora, creo que sí que nos vamos a tomar esa copita de vino de pasas que veo que nos va a ofrecer tu amable hospitalidad, queridita - añade, haciendo una seña para que su asistente, que ha estado todo el rato entrando y saliendo del jardín con unas tijeras de podar para seguir acopiando hojas y ramitas, me coja la bandeja de las manos y se ocupe de servirles el vino a él y a los centuriones.
Todos se beben la primera copa de un trago y tienden a la vez los vidrios para que el asistente vuelva a rellenarlos.
- Está muy bueno - dice Curcio -, pero creo que necesitaríamos algo más fuerte.
- Pues, en esta casa, como no te bebas alguno de esos líquidos que se usan hoy en día para limpiar los suelos... - dice Cornificio.
Las imágenes con las que ilustro la entrada de hoy son dos fotografías mías del año pasado, tomadas en Córdoba (España):
- Fragmento de mosaico romano, con representación del caballo mítico Pegaso. Museo Arqueológico de Córdoba.
- Vista de los restos del templo romano existente en la calle Claudio Marcelo de la ciudad de Córdoba.
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