Caballos de verano (foto: Equine Images) |
MUJERES
CON PASIÓN POR LA LECTURA
Queridos
lectoras y lectores:
Continuamos
con entradas para la sección “Lanzas rotas”. Hoy, la lanza la parten de forma
colectiva tres de nuestras lectoras. Al darnos sus opiniones más por extenso
que otros lectores, no las publicamos en la entrada “Caballos de verano”, sino que les
hemos dado una lanza para ellas.
Aquí
tenéis lo que de la lectura de “Caballos de octubre” opinan Sole, Natalia y
Dora, cada una con su tercio de lanza.
Caballo árabe |
Tercio de lanza
de Sole García
“Querida
Teresa Piquet, ya he terminado de disfrutar de la lectura de tu obra. Nunca
había leído histórica de romanos y las primeras páginas me parecieron “complicaíllas”
por el vocabulario. Seguí avanzando, como no podía ser de otra manera, y la
lectura cada vez era más fluida, interesante, curiosa, entretenida, ágil… Así
que ahora sólo me queda darte las gracias y alentarte a presentarnos los
siguientes casos allí donde acababa el mundo.”
Soledad
García Gómez es profesora en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad
de Sevilla.
Caballo anglo-árabe |
Tercio de lanza
de Natalia Henares
“Ya
me he leído “Caballos…” y esto es como un secretillo a voces: no quisiera que
se hubiera terminado… Un libro de 517 páginas, una novela histórica, ¿cómo
puede ser tan dinámica, además de didáctica (que yo he aprendido mucho… ehhh) y
con una trama sostenida que siempre te mantiene atenta y a la vez expectante? Los
diálogos perfectamente estudiados, pero que fluyen a lo largo de las páginas
del libro, son lo que hacen de él, una lectura fácil, comprensible, entretenida
y divertida, sin menoscabar en absoluto el contenido de la Historia. Tus
personajes, su desenvolvimiento por la obra, su simpatía, los papeles que
desempeñan cada uno; tus descripciones de sitios y lugares, de estancias, de
calles y plazas, tan minuciosas, tan reales,… hacen que nos traslademos donde
la historia se desarrolla, sin dificultad, evitando los estereotipos
cinematográficos que mentalmente retenemos.”
Natalia
Henares es licenciada en Derecho y máster en Mediación, por la Universidad
Pablo de Olavide (Sevilla).
Caballo persa |
Tercio de lanza
de Dora Ufano
“La
lectura de tu novela ha hecho que mi convalecencia haya sido más llevadera y no
me pesara estar tanto tiempo sentada. Me ha gustado mucho y me ha recordado mis
tiempos de instituto, aquel 4º de bachillerato en el que J.L. Escacena y
Domingo González escribían sevillanas en latín para regocijo de sus
compañeros, entre traducción y traducción de la Guerra de las Galias.
He
visitado tu blog y ya veo que el libro va “rodando” muy bien. Me alegro mucho y
espero que te animes a seguir publicando. FELICIDADES!!!”
Dora
Ufano es diplomada en Magisterio, profesión que ha ejercido durante años para
suerte de muchos niños y adolescentes del Bajo Guadalquivir.
- Pues
será todo lo moderno que tú quieras, Flaquilla, pero eso de dar lanzas a las
mujeres no es de recibo – gruñe el primipilo Cornificio.
- Estamos
hablando de opinar – le digo.
- Opinar, lo que se dice opinar, ya sabemos de sobra que no os lo impiden ni
todas las potencias divinas puestas de acuerdo – concede Cornificio – Pero me
opongo rotundamente a dar armas a las mujeres – añade en un tono que no admite
discusión, cruzándose de brazos.
- Pero
en los casos desesperados, bien que se les dejaba no sólo coger las armas, sino
utilizarlas, participando en la defensa de las ciudades y ciudadelas sitiadas –
le replico.
- Desesperados
– señala, levantando el índice el tribuno Galo – Desesperados,… ése es el matiz,
querida… He estudiado larga y detenidamente cuanta información histórica me has
tenido la amabilidad de facilitar, sobre todas las épocas posteriores a la
nuestra, y puedo concluir que sólo en circunstancias desesperadas, a falta de
defensores del sexo masculino, se armaba a las mujeres capaces de portar y usar
armas… O ellas tomaban las armas por su cuenta, ocupando el lugar de sus
padres, hermanos, maridos o hijos muertos en los muros de la ciudad, o
participando con cualquier cosa que pudiera arrojarse o utilizarse como arma de
circunstancias en la lucha, calle por calle, cuando el enemigo ya había
conseguido romper las defensas de las puertas, o abrir brechas en los muros de
la cerca… Y, a veces, su ejemplo y su coraje reanimaban a los hombres a punto
de darse por vencidos… Pero, aun así, sólo hace muy poco tiempo que se ha
permitido el acceso de las mujeres a los ejércitos y la marina de guerra…
Comprende que, para nosotros, sea algo tan chocante: en nuestra época era inimaginable…
- ¡Mujeres
legionarias!... ¡Lo único que me quedaba por ver! – le interrumpe Cornificio.
- Y
en la marina – apunta el centurión Silvano, con una sonrisilla torcida.
- En
la marina, que hagan lo que quieran – zanja Cornificio.
Mejor
no les cuento que las mujeres no sólo forman parte de las Fuerzas Armadas
españolas en igualdad de condiciones que los hombres, - incluso en combate -, sino
que también ocupan puestos de mando y responsabilidad de todos los niveles y
rangos.
Y,
en honor a las Fuerzas Armadas, hay que decir que, en sus filas, las mujeres
ascienden, como sus compañeros, por méritos, sin las trabas ni obstáculos que
encuentran para avanzar en sus carreras en muchas empresas, organizaciones o
entidades del ámbito civil.
La bella imagen que abre hoy nuestra entrada es de Equine Images, y nos la ha facilitado nuestra lectora Isabel Mª Alonso Camargo, gran fan de "Caballos de octubre".
Las otras tres imágenes, las bonitas cabezas de caballo, formaban parte de una antigua colección de cromos, de principios del siglo XX, que hemos escaneado para vosotros.