COCINA ROMANA

Los restos de la cena (mosaico del tipo "suelo sin barrer")
ENTRE FOGONES


Inauguramos hoy, queridos lectoras y lectores, una sección, o mejor dicho, una cocina, en este blog. En este espacio, entre el aroma de las especias, hablaremos de alimentos, condimentos y maneras de cocinarlos juntos para sostener el cuerpo y el espíritu, pues, como dijo una vez uno de mis personajes: "hay platos que te reconcilian con el mundo".
- Olores, dije olores -
- Cierto, querido; pero te referías a los aromas de la comida -


Cuando leáis la novela, os daréis cuenta de que la comida, de muchas maneras, está siempre presente. Para no demorar la acción más de la cuenta con digresiones sobre asuntos culinarios, los traslado a este espacio en el blog. Hablaremos de platos de la cocina romana, cómo se cocinaban, cómo se servían y cómo se comían. Seremos un tanto iconoclastas, pues haremos "mesa limpia" con algunos tópicos sobre estos temas; y dejaremos intencionadamente en segundo plano a la "alta cocina", representada por Apicio, el primer gran chef de fama imperecedera, para centrarnos en la cocina del día a día, de los hogares y las tabernas, de las casas de comidas y de los cuarteles.

Volveremos, charlando con los cocineros que nos harán compañía, a las raíces de la hoy revalorizada Cocina Mediterránea.
- Lo que te digo, hermano, que nuestros descendientes se pasan el tiempo descubriendo el Mediterráneo -
- Mare nostrum -
- Déjate de latines, que nos han dicho que los descendientes ya no nos entienden,... ¡y deja de comerte el apio, por Hércules bendito!... ¿eso es lo que ibas tú a ayudarme en la cocina? -

Facilitaremos información sobre ingredientes, daremos recetas a los lectores, y también algún que otro consejo práctico para que disfruten añadiéndolas a su cocina del día a día. Hablaremos de la pervivencia de la "cocina romana" en nuestra cocina popular,... y después seguramente mirarán de otra manera a su plato cuando disfruten de la yema de un huevo frito, una tortilla, una refrescante ensalada, algo de sabroso embutido o un contundente plato de legumbres.

¡Buen provecho!

2 comentarios:

  1. ¿Pero las albondiguillas de perro aun no han llegado a nuestra cocina?

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  2. Estimado Ángel:
    Veo que sigues la máxima de poner sentido del humor a lo que se trate en este espacio. Te enviaría la foto de nuestra mascota, pero ya la tienes, por haber sido el primer lector en publicar comentarios.
    Si te refieres a lo que comían los perros en el tiempo de nuestras novelas, pues te diré que lo que han comido desde que los primeros se acomodaron a vivir entre nosotros: las sobras de la mesa de sus amos. Y, cuando empiezan a funcionar las carnicerías en las ciudades, los desperdicios del despiece y los huesos, que se vendían baratos para alimentar a los perros del vecindario.
    Lo del pienso para nuestras mascotas es muy, pero que muy moderno.
    Un saludo,
    T. PIQUET

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