lunes, 6 de marzo de 2017

DE LIBRERÍAS POR CÓRDOBA

Marcapáginas de Librería Luque (Córdoba, España)
El puente romano de Córdoba (España) (foto: T.Piquet/2017)

Queridos lectoras y lectores:

Para todos los que han preguntado por el lugar donde puede adquirirse "Caballos de Octubre" en Córdoba, aquí os muestro los datos de Librería Luque, impresos en uno de sus bonitos puntos de lectura.


Esta veterana librería de la capital cordobesa tiene actualmente su sede en el número 6 de la calle Jesús y María, donde abre sus acogedoras puertas para todos los aficionados a la lectura en un local moderno, cómodo, bien organizado y mejor surtido, en el que os atenderán con su habitual amabilidad y profesionalidad de libreros con solera.
Además de visitándoles en persona, se puede contactar con ellos por teléfono y fax (957 498333/957 498046) y por correo electrónico (librerialuque-@librerialuque.es). O, al ritmo de los nuevos tiempos, se puede ir allí de manera virtual a través de las redes sociales habituales; e incluso adquirir los libros directamente en su página web (muy útil para los que no residan en Córdoba y busquen dónde comprar la novela por internet): www.librerialuque.es

En el stand de Librería Luque, el día de la presentación en Córdoba
 - ¿Os gustó la Librería Luque, queridos? -
- Sí, querida. La encontramos realmente interesante -
- Habla sólo por ti, tribuno... Que, los demás, el que más y el que menos, se aburrió "realmente" - dice uno de los oficiales que le acompañan esta tarde.
- Eso mismo. Que tú te olvidaste del mundanal ruido en cuanto viste aquellos anaqueles llenos de los libros modernos,  y te pusiste a leer los lomos a diestro y siniestro - añade otro de ellos.
- Y vosotros, en cuanto me giré hacia los anaqueles, en tromba hacia la taberna más cercana, ... que no crea nadie que no me apercibí de la maniobra - les replica el tribuno.
- ¡Qué rayos de Júpiter íbamos a hacer allí! Vista una librería, vistas todas: anaqueles, volúmenes y libreros - dice un tercer oficial.
- Lo que no vi yo por allá fueron copistas - dice el primero, con aire pensativo.
- Estarían trabajando en la trastienda - dice el segundo.
- Tribuno, creo que vas a tener que explicarles a tus oficiales que hace ya mucho tiempo que los libros no se copian a mano -
- Sí, querida. Creo que mis valientes necesitan todavía algunas lecciones más sobre como funciona ahora el mundo -
- ¡Marte nos valga! - exclama el primero de los oficiales.
- Me temo, contubernal, que si al tribuno se le pone en el bigote ilustrarnos sobre la modernidad, no hay rogativa que valga - le dice Sereno, nuestro narrador.
- ¿Y si le llevamos un cordero al templo? -
- Buen intento. Pero eso no sirve en el mundo moderno - le responde Sereno a su compañero, sacudiendo negativamente la cabeza.
- Uno de nuestros lectores nos pregunta si en vuestros tiempos había librerías - les digo.
- ¡Pues claro que sí! - exclama el tribuno, con un punto de indignación - ¿Pero quién se han creído estos modernos que éramos? Con el calendario en la mano, antiguos somos, pero muy leídos -
- Sobre todo, él - dice el segundo de los oficiales, con un guiño pícaro - Que cuando llega a cualquier ciudad, no entra por las puertas hasta no haberse leído hasta la última lápida del cementerio -
- ¡Humpfff! - resopla, molesto, el tribuno.
Los oficiales ríen sin recato y comentan que están deseando volver a Córdoba, su Corduba, para poder disfrutar de nuevo de los vinos de Montilla-Moriles.



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